El recorte de las tasas de interés en medio punto porcentual realizado por la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) impactará a la economía salvadoreña, según tres economistas consultados por Diario El Mundo.

Esta es la primera vez desde 2020 que la Fed decide reducir las tasas de interés a un rango de entre un 4.75 % y un 5 %, después de varios ajustes al alza en su plan para contener la acelerada inflación en la primera economía del mundo. En esencia, el aumento en los tipos provocaba un encarecimiento del dinero y se comprimía el consumo.

La dolarización y la dependencia del mercado estadounidense son algunas de las razones que vinculan directamente a El Salvador a replicar los cambios, ya que el Banco Central de Reserva (BCR) no tiene facultad para una política monetaria desde que entró en vigencia el uso del dólar.

Análisis previos apuntan a que este tipo de bajas también impulsa el poder adquisitivo de la diáspora motivando al envío de las remesas, al mismo tiempo que las empresas se benefician del incremento de la demanda estadounidense, impulsando las exportaciones de bienes.

El presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen), Óscar Cabrera, indicó que la medida y las expectativas de una reducción de hasta 100 puntos bases provocarán que el precio del dinero disminuya y facilite a los hogares estadounidenses la reducción de las cuotas que pagan de créditos hipotecarios y personales

Además, las empresas estadounidenses podrían acceder a un crédito para facilitar inversiones.

“Nosotros esperaríamos que la reducción de las tasas de interés se transmitan al sistema financiero salvadoreño y que contribuya a reducir el precio del dinero en El Salvador”, indicó Cabrera.

El efecto positivo alcanzaría a los hogares salvadoreños debido a que las cuotas de los préstamos serían menores. Además, se generaría un flujo de ingreso “extra” para otros fines.


Inversión

El vocero de Fudecen aseveró que en El Salvador las empresas que no han tomado decisiones de inversiones, debido a las tasas de interés elevadas, valoren el próximo año “desencadenar” estos proyectos.

La Fundación recordó que este elemento es importante para la economía local, porque la inversión privada representa un 80 % de la inversión total en El Salvador.

El economista y miembro de la junta directiva del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (Colproce), Alfonso Goitia, coincidió en que la economía salvadoreña también debe reportar una reducción de tasas de interés en la banca local.

Goitia recordó que en El Salvador actualmente las tasas del sistema financiero rondan entre un 9 % y un 10 %. El BCR apunta a que los tipos de interés ponderados a préstamos de hasta un año plazo han incrementado durante 2024, al pasar de 7.85 % en enero de 2024, a rondar los 8.34 % en agosto.

Las tasas de interés que El Salvador posee actualmente son “altas”, según Goitia, por lo que una caída provocará mayor capacidad de consumo para los hogares salvadoreños.

Esta capacidad de consumo generará una “posibilidad” de expansión de la actividad productiva por el incremento de la demanda, beneficiando a las probabilidad de que la economía crezca. Pese a la esperanza, el aumento del producto interno bruto (PIB) depende de muchos más factores, como las exportaciones y las remesas de servicios y bienes.

El economista Rafael Lemus aseguró que el efecto será para empresas y personas en general, así como para el gobierno salvadoreño.

Sobre el Estado dijo que este toma deuda y que la caída de las tasas reducirá el costo de la deuda “para nuevas operaciones”.


Supervisión

Cabrera aseguró que la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) tendrá la competencia de que la caída de las tasas de interés se transmitan “rápidamente” al sistema financiero salvadoreño.

“Esta situación no ha sido tan a la huella en años anteriores, porque hay ciertos retrasos entre un mes y medio e incluso más, dependiendo. Ahí hay un reto en la supervisión de las entidades”, añadió el vocero de la Fundación.

Lemus aseguró que el efecto de las medidas estadounidenses sobre el mercado salvadoreño podría ser sensible en los próximos tres a seis meses.