La Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambruna (Fews Net), a cargo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), advirtió de un retraso en la primera siembra del año, impulsado por las condiciones cálidas y secas a los que se exponen Nicaragua, El Salvador y Honduras. En El Salvador, la primera siembra de maíz se desarrolla normalmente entre mayo y junio, cuando inicia el invierno.

El informe explicó que entre junio y agosto los pronósticos climáticos apuntan a una transición entre El Niño y La Niña, por lo que se tendrán “lluvias erráticas” durante los meses de abril y mayo. Esta situación sería la causante del retraso en la primera siembra del ciclo agrícola 2024-2025.

El déficit en los acumulados de lluvia en la región persisten durante el 2024 y, según Fews Net, esta situación provocaría afectaciones a la siembra postrera que aún se desarrolla en la región.

“La continuidad de las condiciones áridas en las próximas semanas aumentará el riesgo de incendios forestales y deteriorará la humedad disponible en los suelos para el inicio de las siembras de primera (abril/mayo)”, indicó el informe de Fews Net.

Lluvias

Las proyecciones de mejorar la cosecha frente a los resultados del ciclo 2023-2024 persisten, respaldado por la presencia de lluvia en la región, sin embargo, el programa no descarta que La Niña genere inundaciones, así como el incremento de plagas y enfermedades.

Lo que pueda ocurrir este año, con el fenómeno de La Niña, ha preocupado al sector desde hace varios meses.

La Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) externó su inquietud sobre el impacto que las lluvias podrían causar a los cultivos de granos básicos si se registran a partir de septiembre.

Bajo la misma sintonía, la Vía Campesina advirtió este mes de una caída en la producción de granos básicos para el ciclo 2024-2025 impactada por la falta de apoyo estatal, el impacto del fenómeno de El Niño, la transición a La Niña y el alza en el costo de los insumos para cosechar.

Inseguridad alimentaria

El programa financiado por USAID señala que, hasta mayo, los agricultores de subsistencia del corredor seco en la región, y al norte de Honduras, percibirían menos oportunidades de empleo a partir de marzo, de la mano con el incremento en el precio de los granos básicos.

Según el informe, estos hogares, que también fueron afectados con pérdidas significativas el año pasado, recurrirán a endeudarse y a reducir sus alimentos diarios para subsistir. La situación también afectará al resto de hogares pobres ubicados en la zona rural.

Fews Net proyecta que, hasta mayo, El Salvador se mantendrá en una fase de inseguridad alimentaria acentuada, al igual que Nicaragua. Por su parte, Honduras alcanzará la etapa de crisis. Estas proyecciones se mantendrán hasta septiembre.

“De junio a septiembre, la temporada de escasez de alimentos continúa degradando las condiciones alimentarias hasta el pico a finales de agosto, antes de la cosecha de primera, manteniendo las condiciones previstas para el período previo”, indica el documento.

En cuanto a los precios de los alimentos, el programa señala que el maíz blanco ha reportado un descenso interanual de un 22 % en El Salvador y Honduras, mientras que en Nicaragua la baja ronda un 11 %.

Por su parte, el costo de los frijoles rojos bajó un 15 % en el último año en Honduras, un 12 % en El Salvador y en un 9 % en Nicaragua.