Más de dos años después de iniciados los trabajos, el Gobierno salvadoreño y la Embajada de Estados Unidos entregaron anoche las nuevas instalaciones de la frontera El Amatillo, en La Unión, un proyecto insignia de Fomilenio II.

Este proyecto requirió la inversión de $26.4 millones, de los cuales $15.4 millones corresponden a los fondos donados por la estadounidense Corporación del Reto del Milenio (MCC, por su sigla en inglés) y el resto es contrapartida del Gobierno salvadoreño.

Samadhy Martínez, directora de Aduanas, aseguró que “en ningún gobierno anterior se le había apostado a la modernización” de los recintos fronterizos, pero la modernización de El Amatillo fue una de las primeras iniciativas de Fomilenio II, un compacto que data de 2015.

Dicho proyecto se retrasó porque el Ministerio de Hacienda debía entregar inicialmente unos terrenos cercanos al recinto, pero compró otros aledaños al puente de La Amistad, lo que dificultó el diseño. Las obras comenzaron a finales de 2019, pero se vieron interrumpidas en 2020 por los cierres ante el covid-19 y una baja en la disposición de los materiales de construcción.

Katherine Dueholm, encargada de Negocios de la Embajada de EE. UU., calificó la inauguración del proyecto como “un gran resultado de la cooperación” a través de la MCC.

La aduana cuenta con un sistema integrado de gestión de riesgo y de videovigilancia, con 30 cámaras de seguridad. / Cortesía
La aduana cuenta con un sistema integrado de gestión de riesgo y de videovigilancia, con 30 cámaras de seguridad. / Cortesía

Un recinto moderno.

Martínez señaló que por El Amatillo pasa el 33 % de los bienes de salida, entrada o de tránsito por El Salvador, con cerca de 400,000 medios de transporte que representan más de $2,000 millones anuales. Por este recinto se atienden, cada mes, unos 45,000 usuarios.

Las nuevas instalaciones tienen 60,000 metros cuadrados de construcción y 16 muelles, entre los cuales se incluyeron 487 metros de área refrigerada. “En ninguna aduana, de ningún país de la región, tiene esta capacidad para poder proceder con los productos perecederos que recibimos”, dijo la funcionaria, que detalló que hasta la fecha los contenedores con estas mercancías debían conectarse a la red de electricidad y elevaba el costo de los usuarios.

El recinto también incluyó áreas especiales para que los técnicos del Ministerio de Agricultura puedan analizar las muestras, que por hoy se demora hasta tres días en obtener los resultados porque se deben enviar a los laboratorios de San Salvador.

Katherine Dueholm, encargada de Negocios de EE. UU., junto al ministro Alejandro Zelaya, Samadhy Martínez y Gustavo Villatoro. / Cortesía
Katherine Dueholm, encargada de Negocios de EE. UU., junto al ministro Alejandro Zelaya, Samadhy Martínez y Gustavo Villatoro. / Cortesía



También se dotó de un sistema de videovigilancia de 30 cámaras de seguridad, equipo de rayos x, modernas básculas, así como un sistema de gestión de riesgo que conecta a todas las instituciones involucradas en el tránsito de mercancías.

“Esto va a reducir el tiempo a cinco minutos el paso por nuestra frontera en atención del usuario”, aseguró la directora de Aduanas.

Además del recinto fronterizo, Fomilenio II invirtió $7 millones en la rehabilitación de 5.6 kilómetros de un tramo carretero entre el desvío a Santa Rosa de Lima y la aduana.