El gasto en la salud por una mala alimentación, el impacto en el medio ambiente, la pobreza y la desnutrición esconden un costo de $5,000 millones anuales en El Salvador, según un análisis de la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En la edición 2023 de su informe “El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA)”, la agencia de la ONU presentó un análisis “pionero” que cuantifica el costo “oculto” de los sistemas agroalimentarios en 154 países.

La FAO señala que los sistemas agroalimentarios cubren el “viaje de los alimentos” desde la granja a la mesa de una persona, incluyendo donde se cultiva o pesca, el procesamiento, la distribución, la comercialización, la preparación y el desecho. Este término abarca también los medios de vida y las inversiones.

Mala alimentación

A nivel global, los “enormes costos ocultos” superan los 10 billones de dólares anuales, equivalentes a un 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
La FAO explicó que un 70 % del costo oculto está determinado por las dietas “poco saludables”, con alto contenido de alimentos ultraprocesados, grasas y azúcares, que causan obesidad y enfermedades no transmisibles en las personas, como diabetes, cáncer o cardiovasculares.

Para el cálculo también se incluyeron los costos de las emisiones de gases de efecto invernadero y nitrógeno, los cambios del uso de la tierra (deforestación) y la utilización de agua.

En el caso de El Salvador, el documento detalla que la carga de las enfermedades tiene un costo anual de $3,425 millones.

El clima tiene un costo de $348 millones, las emisiones de nitrógeno $995 millones y el uso de la tierra representa $154 millones.

Además, se contemplan $73 millones relacionados con la pobreza en los trabajadores agrícolas y $28 millones guardan relación con el costo de la desnutrición.

Costo en Centroamérica

El estudio plantea que Centroamérica pierde $66,537 millones cada año por el costo de la salud, el medio ambiente y la sociedad.
El mayor costo se calculó para Guatemala, en $23,381 millones, seguido de Panamá en $11,166 millones, y Honduras en $10,706 millones.

Nicaragua tiene un costo de $7,662 millones anuales y Costa Rica de $8,599 millones.

“El futuro de nuestros sistemas agroalimentarios depende de nuestra voluntad de apreciar a todos los productores de alimentos, grandes y pequeños, reconocer estos costos reales y entender de qué forma contribuimos todos nosotros a ellos y qué medidas debemos adoptar”, señaló Qu Dongyu, director general de la FAO.

La agencia aboga en su informe por una alianza entre el sector privado y los gobiernos para realizar un análisis periódico y detallado de los costo “ocultos y reales” de los sistemas agroalimentarios.

Asimismo, la FAO dedicará una edición más sobre este tema en 2024, donde se profundizará las alternativas para mitigar los costos.

Los países de ingresos bajos tienen los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios más altos, en hasta un 25 % del PIB, mientras que en los países de ingresos medios es 12 % y en las economías de ingresos altos un 8 %.