El Salvador cerró acuerdos de compra por $565.63 millones de los bonos de 2023 y 2025, el 35.3 % de la deuda asumida en ambas emisiones por $1,600 millones.

El presidente de la República, Nayib Bukele, anunció ayer el cierre “con éxito” de la convocatoria que se lanzó al mercado el 12 de septiembre con un cupón que no excediera los $360 millones.

Los inversionistas con títulos para enero de 2023 ofrecieron vender $179.4 millones, de los que se aceptó comprar $133.04 millones. Es decir, que el Gobierno solo logró acuerdos por el 16.3 % de los $800 millones que debe honrar dentro de cuatro meses.

Tal como lo habían advertido los economistas, las mayores ofertas se recibieron de los inversionistas de la emisión de 2025 por $432.5 millones que representan el 54 % del monto adeudado.

“Hemos recomprado más de la mitad (54 %) del bono de $800 millones de deuda externa emitida por el Gobierno de Mauricio Funes, que toca pagar totalmente en 2025. Y hemos iniciado a pagar el bono de $800 millones que emitió el Gobierno de Francisco Flores (que toca pagar en 2023)”, escribió el presidente Bukele en Twitter.

La liquidación de los bonos pactados está programada para este jueves, un trámite a cargo del Ministerio de Hacienda. En ese sentido, el Diario Oficial del 8 de septiembre de 2022 señala que el titular hacendario, Alejandro Zelaya, estará fuera del país del 22 al 24 de este mes en “una misión oficial”.

Bukele anunció que en ocho semanas se lanzará una nueva oferta para intentar comprar “el remanente” de las dos emisiones que no fue ofertado por los inversionistas en esta operación. Sin embargo, el mandatario aseguró que con solo los acuerdos alcanzados en esta convocatoria el país ahorra cerca de $275 millones.

Operación inédita en medio de riesgos.

Esta es la primera vez que El Salvador realiza una operación de compra de su propia deuda, luego que no pudiera salir al mercado internacional por su alto riesgo país (EMBI que calcula la tasa de interés de nueva deuda), que llegó a colocarse este año como el segundo más alto de América Latina por detrás de Venezuela.

Las calificadoras de riesgo y economistas alertaban que, sin acceso al mercado, el Gobierno no podría conseguir el financiamiento para pagar los compromisos de 2023. En medio de esa tensión, el precio de los bonos salvadoreños se deterioró con pérdidas para los inversionistas.

Luego que el Gobierno anunciara su intención de compra, en julio pasado, el precio de los bonos comenzó a recuperar terreno, aunque sin llegar al techo de los $100. Así, la nota de 2023 se cotizaba el 25 de ese mes en $62 y para este 21 de septiembre cerró en $88.02, con un 41.9 % de aumento.

Los economistas habían advertido que los inversionistas se inclinarían a vender más la emisión de 2025 porque para la de 2023 hay un “compromiso público” de pago, mientras que para la próxima se vislumbra incertidumbre por las elecciones presidenciales y legislativas de 2024.

Mientras tanto, la agencia Fitch Ratings degradó la semana pasada el perfil de riesgo de la deuda salvadoreña bajo la alerta de que el proceso “debilitará aún más” la posición de liquidez del Ejecutivo.

Hay “algún probable tipo de incumplimiento de pago” por las presiones de liquidez fiscal de El Salvador, mientras se enfrenta a un “mercado extremadamente restringido” en medio de altas necesidades de financiamiento, alertó la calificadora.

El dato

El Salvador tiene 10 emisiones de bonos en el mercado internacional. Dos se vencen en los próximos tres años: una de $800 millones en enero de 2023 y otras de $800 en enero de 2025.