El Salvador es el segundo país latinoamericano que más remesas recibe en relación a su producto interno bruto (PIB) en 2024, de acuerdo con el balance preliminar publicado este miércoles por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).



Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal, explicó que los flujos de las remesas enviadas a la región latinoamericana registraron un crecimiento de un 16 % en el segundo trimestre de 2024, tras alcanzar un “monto inédito” de $39,200 millones.

“Es una gran cantidad de dinero”, sostuvo el economista, quien detalló que Honduras se colocó en el primer semestre de 2024 como la nación más dependiente de las remesas con una participación de un 25 % de su PIB.



Después se encuentra El Salvador, con un 23 %, así como Guatemala con un 19 %.

Luego sigue República Dominicana, donde representan un 9 % del PIB, Ecuador con un 5 %, México con un 4 %, Surinam un 3 %, Bolivia 3 % y Colombia 3 %.

“Este es un flujo muy importante que explica mucho la dinámica de crecimiento a través de la dinámica del consumo. Es un flujo que se mantiene, que ha ido creciendo”, añadió Titelman.

En El Salvador, las remesas tomaron impulso con el éxodo migratorio, especialmente hacia Estados Unidos, con el conflicto armado de la década de 1980, aunado con la baja oferta de empleo y la violencia.

El Banco Central de Reserva (BCR) reporta que las remesas familiares representaban un 16 % del PIB en 1991, mientras que para el segundo semestre de 2024 superaron el 25 %.

Al término de 2023, estos ingresos superaron los $8,181 millones, que llegaron a un 25.6 % de los hogares salvadoreños. Este dinero es utilizado en su mayoría para el mantenimiento de las personas y tiene mayor relevancia en la zona rural, donde llegan a cubrir hasta el 30.43 % de las familias frente al 25.6 % de la región urbana.

De enero a noviembre de 2024, rebasaron los $7,556.5 millones, con un crecimiento tenue de 2.2 % en relación a igual período. El 92.8 % procedió de Estados Unidos, es decir, cerca de $9 de cada $10 que recibieron las familias.

El Banco Central registra que el 98.6 % de las remesas se destinó a consumo, equivalente a $6,760 millones y con un crecimiento de 1.6 %.

Las remesas destinadas a la inversión, en tanto, sumaron $97.5 millones y representaron apenas un 1.4 %. El saldo experimentó un crecimiento interanual de 9.3 %.