El técnico de la organización, Óscar Morales, recordó que el Código de Trabajo establece que el salario mínimo se debe revisar cada tres años, a partir del costo de la vida; sin embargo, esta norma no se ha cumplido ya que el último ajuste se aplicó en agosto de 2021.
El análisis de Fespad evidencia que Nicaragua tiene el plazo más corto, con revisiones por la ley de forma semestral. Le siguen Honduras, Costa Rica y Guatemala, en donde se realiza cada año.
Por su parte, en Panamá, la remuneración mínima se ejecuta por lo menos cada dos años.
En los cinco países centroamericanos las revisiones se han efectuado de acuerdo con la normativa. En Honduras, Costa Rica y Guatemala se incrementó el salario mínimo a partir del 1 de enero de 2025, mientras que en Nicaragua el aumento se dio el 1 de marzo de 2024 y en Panamá se efectuó el 16 de enero de 2024.
“El Salvador es el único país que establece en su normativa plazos más prolongados para la fijación del salario mínimo, en el caso de El Salvador son cada tres años”.
Óscar Morales
Miembro de Fespad
Morales recordó que esta remuneración es un derecho y una garantía constitucional para todos los salvadoreños que laboran en el sector formal.
Además, es una obligación del Estado garantizar la medida.
Susana Rodríguez, miembro de Fespad, recordó que El Salvador está apegado a normativas internacionales con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que buscan la garantía de un “salario vital” que se base en la justicia social. Además, el Código de Trabajo y la Constitución de la República establecen la necesidad del mismo.
De los más bajos
Fespad destacó que El Salvador posee el segundo salario mínimo más bajo de Centroamérica, solo superior a Nicaragua, en donde la remuneración se ha fijado en $155.46 en el sector agropecuario.Por su parte, en El Salvador el salario mínimo menor ronda los $243.46 para el sector agropecuario y actividades agrícolas, mientras que en Honduras asciende a $356.71 para la agricultura, silvicultura y pesca de empresas con hasta 10 trabajadores.
En Panamá, el salario más bajo lo reciben las pequeñas empresas, de la región uno y dos, de $393.60, mientras que en Guatemala las empresas exportadoras y de maquila fuera del departamento de Guatemala reciben $401.19 mensuales.
En el caso de Costa Rica, el salario más bajo es para los trabajadores en ocupación no calificada de $729.86.
Al otro extremo están los salarios mínimos mensuales mayores, en donde Costa Rica encabeza con $1,558.98 para los licenciados universitarios, seguido de Panamá con los trabajadores del sector transporte que reciben $1,188 al mes.
Fespad indicó que en Honduras, el sector de electricidad, gas y agua de una empresa de más de 151 empleados debe remunerar con $704.35, mientras que en Guatemala el sector no agrícola del departamento de Guatemala entrega por ley $482.26, y en El Salvador el sector de comercio reciben $365.
En Nicaragua, el salario mínimo mensual mayor para el sector construcción es de $347.92.
Morales destacó que el salario mínimo mayor de El Salvador es apenas $17 más alto que en el caso de Nicaragua.
Llamado
Fespad junto a la Mesa Permanente por la Justicia Laboral pidieron este viernes al Consejo Nacional del Salario Mínimo (CNSM) reunirse y revisar el salario mínimo.El director ejecutivo de Fespad, Héctor Carrillo, externó a los miembros del consejo a hacer público si las reuniones se reactivaron, porque hasta el momento se desconoce si el diálogo por el ente tripartito continúa o si está activo.
“A nivel centroamericano nos estamos quedando estancados a nivel de salario mínimo y esto es preocupante, el salario mínimo debe responder al costo de la vida, y eso pasa por un análisis objetivo en qué condiciones y qué necesitan las familias salvadoreñas para su subsistencia diaria”, indicó Carrillo.
Morales recordó que las familias salvadoreñas se han vuelto dependientes de las remesas para poder saciar sus necesidades -u otros ingresos- porque es “imposible” cubrir las facturas.
En caso de no obtener otras vías de financiamiento, Fespad dijo que los hogares tienden a sacrificar las condiciones materiales de subsistencia.