El Salvador ha logrado vender su café un 29.4 % por encima del promedio cotizado en la bolsa, donde ya se acumulan ocho meses de constantes caídas en un mercado especulativo y que hace temer a los productores que el alivio en el precio experimentado en 2022 fue pasajero.

El aromático es el segundo producto agrícola que más exporta El Salvador, solo superado por la caña de azúcar. Su valor es negociado a precio a futuro en la Bolsa de Valores en Nueva York a través del Contrato C, un mecanismo que reúne a 19 países productores de café arábica suaves. La única manera de esquivar la especulación del mercado es a través de compras directas de las variedades especializadas, pero no todos los productores tienen este alcance.

Después de un fuerte repunte en 2021, que llevó al quintal de café por arriba de los $220, en octubre del año pasado el precio del aromático comenzó a descender y en la cotización del viernes pasado incluso llegó a caer a $155 durante algunas horas de la jornada bursátil.

A pesar de esto, el Consejo Salvadoreño del Café (CSC) reporta que el café en la cosecha 2022-2023 se ha vendido a un promedio de $230.40 por quintal.

Esta cifra es $52.41 superior al promedio de $177.99 registrado en la bolsa a mayo, equivalente a 29.4 %.

Aun así, el precio promedio del quintal es $12.6 (5.18 %) por debajo de los $243 que fueron pagados por cada quintal exportado en el ciclo 2021-2022.

Posición en el mercado.

Aunque El Salvador perdió hace mucho su posición entre los primeros países productores, el perfil de su taza goza aún de popularidad en los mercados especializados, donde los compradores suelen pagar a mejor valor el grano.

El 69 % del café salvadoreño se vende con la etiqueta de diferenciado (orgánico, sostenible, fair trade), mientras que el 23 % es comercial, 5 % inferior y 2 % elaborado (solubles).

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Si bien una buena parte del mercado se rige por las cotizaciones, hay compradores que pagan muy por encima de la cota. En este caso, el CSC reporta que Japón ha pagado cada quintal del café salvadoreño en $247 en promedio, mientras que Arabia Saudita promedió $320.

A las exportaciones tampoco les ha ido tan bien, con una caída de 4.7 % a mayo. El Consejo reporta que, entre octubre de 2022 –cuando inició la corta– a mayo pasado, se habían vendido 408,692 quintales, 17,691 quintales menos que en el mismo período de la cosecha 2021-2022.

Las exportaciones suman $93.12 millones, inferior en $4.62 a lo registrado en el ciclo anterior.

Precio sigue en caída.

La Organización Internacional del Café (OIC) reporta que el precio promedio de la libra del aromático llegó a $1.71 en junio, $0.31 menos que los $2.02 que costaba en enero pasado y es un 15 % inferior.

Las cotizaciones a la baja en junio son explicadas, agrega el CSC, por los resultados positivos en la recolección de café en Brasil, el primer productor mundial. Influye además una reducción en la demanda en el hemisferio norte, que ha entrado en la temporada de verano.

Entre 2017 y 2020, el sector caficultor se enfrentó a una profunda crisis de bajos precios. En 2019, Diario El Mundo documentó cómo algunos productores quemaron sus fincas para sembrar granos básicos por la pérdida en la rentabilidad.