Solo el 3 % de salvadoreños en el exterior considera el bitcoin como una opción para enviar remesas a sus familiares en El Salvador, según un informe publicado ayer por el Diálogo Interamericano.

El Salvador adoptó el bitcoin como moneda de curso legal en septiembre de 2021 y una de las promesas del Gobierno es que se reduciría el costo de enviar remesas. Sin embargo, la mayoría de salvadoreños en el exterior siguen utilizando los métodos tradicionales para trasladar dinero a sus familiares en el país.

Citando una encuesta, el Diálogo Interamericano señaló que el 61 % de los encuestados dijo conocer el bitcoin y 20 % reconoció que lo había utilizado. De quienes han usado la criptomoneda, solo el 7 % ha intentado enviar remesas, “pero la experiencia fue negativa para todos los que respondieron”.

Los mismos datos del Banco Central de Reserva (BCR) evidencian de “un uso lento” en el envío de remesas en bitcoin y de la Chivo Wallet, que en el último trimestre del 2021 se reportaron por $57 millones y solo $10 millones en 2022.

El Diálogo Interamericano señala que, según la encuesta, a un 13 % de los salvadoreños en el exterior les gustaría tener alternativas diferentes para enviar remesas a sus familiares, preferiblemente un depósito directo y solo un 3 % consideró el bitcoin como opción.

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Se agota el rebote.

El informe del Diálogo Interamericano examina el crecimiento histórico de un 26 % de las remesas en América Latina y el Caribe en 2021, empujado por la necesidad de los migrantes de apoyar a sus familias durante la emergencia sanitaria por el covid-19 y un aumento en el flujo de la migración irregular.

Los migrantes de América Latina y el Caribe enviaron a sus familiares más de $134,400 millones en 2021, que representan más del 5 % del Producto Interno Bruto (PIB) de la región. En el caso de El Salvador, estos ingresos superan el 20 % del PIB y son el principal sostén para el 25 % de los hogares.

Sin embargo, la proyección para 2022 apunta a que, si bien las remesas crecerán, serán “pequeños aumentos” en la mayoría de países de Centroamérica y México, e incluso podría haber crecimientos negativos en relación con 2021.

Advierte que la demanda de mano de obra en Estados Unidos se mantendrá estable durante este año, pero hay “ciertos riesgos potenciales” que podrían mermar la dinámica de envío de dinero.

Los autores del estudio, Manuel Orozco y Matthew Martin, explicaron que entre los principales riesgos está la dificultad de que los nuevos migrantes encuentren trabajo por la mayor demanda de mano de obra calificada, deportaciones que superen la entrega de migrantes y la recuperación económica en los países receptores puede reducir la necesidad de enviar dinero.

“Para El Salvador, Guatemala y Honduras, las remesas de Estados Unidos pueden mostrar el crecimiento más lento”, señala el informe.

Se espera que a Estados Unidos lleguen 30,079 nuevos migrantes salvadoreños en 2022, quienes en su mayoría -hasta un 65 %- envían dinero a sus familiares una vez logran conseguir un empleo. En ese sentido, en el informe se estima que habrán 1.1 millones de remitentes de dinero hacia El Salvador.