La inversión que por años se ha destinado a enfrentar los problemas de inseguridad alimentaria y pobreza en el corredor seco centroamericano no ha dado los resultados esperados, consideró Máximo Torero, economista jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Con esta premisa, la agencia inicia una etapa de reclutamiento de capital bajo un nuevo enfoque, con un portafolio de proyectos que ya suma $250 millones.

“Objetivamente miro los números y los números no han mejorado”, manifestó Torero. “El corredor seco sigue siendo una zona donde mucha gente migra, no hay producción agrícola a los niveles que debería haber, sigue siendo una zona de mucha hambruna, desnutrición crónica”, señaló en una entrevista con la prensa salvadoreña durante una visita a El Salvador el pasado 21 de julio.

Torero estuvo al frente de una reunión como parte de la Iniciativa Mano de la Mano, en la que participaron autoridades del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) para crear nuevas propuestas de inversión para la región, que se presentarán en la reunión del consejo de la FAO en octubre próximo en Roma, Italia.

El representante de la FAO señaló que con esta iniciativa “queremos, de una vez por todas, solucionar problemas”. Para él, el corredor seco es una región de oportunidades por su biodiversidad, potencial agrícola y fácilmente se podría integrar para mover productos.

Según su análisis, “normalmente se invierte no para solucionar el problema, sino en algo que se cree que hay que invertir”, y los proyectos no están focalizados para resolver cuellos de botellas. Tampoco hay coordinación entre los donantes, no hay un diagnóstico serio de qué se debe hacer para transformar el corredor seco y la dependencia de remesas familiares.

Máximo Torero, economista jefe de la FAO, durante una entrevista con la prensa salvadoreña. / DEM
Máximo Torero, economista jefe de la FAO, durante una entrevista con la prensa salvadoreña. / DEM

Inversión agrícola.

Mano de la Mano se lanzó en 2019 para apoyar a los países con altas tasas de pobreza y hambre a nivel mundial. Actualmente 64 naciones han pedido ser parte de la iniciativa, que ya tiene tres proyectos regionales: uno en el corredor seco centroamericano, otro en Sahel (África) y uno más en Panamá.

La FAO, a través de este programa, facilita información estadística y geoespacial a los gobiernos para identificar en cuáles zonas hay potencial agrícola. A partir de esto, se crea un plan de inversiones que busca solucionar “un problema que ya existe”, pero que no le permite a un agricultor alcanzar el “potencial”.

“Estamos viendo cómo podemos realmente solucionar cuellos de botella en las zonas, que le llamamos zonas verdes, donde hay potencial agrícola y hacer proyectos que vayan a lo largo de los distintos países de la región”, agregó.

Entre los proyectos identificados hay de irrigación, resiliencia climática, manejo de agua, fortalecimiento de micro y pequeñas empresas agrícolas (mype), y taxonomía de riesgos climáticos.

El portafolio de proyectos de la región suma cerca de $250 millones, de los cuales una primera parte se aprobó el año pasado. En la reunión de Roma, explicó Torero, habrá fondos de inversión, multilaterales, sector privado y gobiernos.

“Facilitamos la información para que la empresa tome una decisión apropiada”, señaló el economista de la FAO.

Torero recordó que, según proyecciones de la ONU, el mundo no alcanzará a cumplir el objetivo de desarrollo sostenible de hambre cero. A partir de esto, agregó, el planteamiento es cómo cambiar la tendencia para que comience a bajar.

El dato

El corredor seco representa el 35% del territorio de Centroamérica, 52 millones de hectáreas, donde suelen ocurrir eventos extremos de períodos de sequía, seguidos de lluvias.