El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó este martes las previsiones de crecimiento de El Salvador para este año, frente a una coyuntura internacional cada vez más retadora por los elevados costos de la vida y la desaceleración de la actividad mundial. Pero la crisis no parece ceder, y el multilateral advirtió que “lo peor aún está por llegar”.

El Producto Interno Bruto (PIB, producción de bienes y servicios de la economía) crecerá un 2.6 % en 2022, después de un 10.3 % en 2021. Este es un escenario menos optimista desde el 3 % que estimó el FMI inicialmente en abril pasado, e incluso del oficial 2.8 % que prevé el Banco Central de Reserva (BCR).

El BCR elevó en septiembre su escenario de un 2.6 % a un 2.8 % por mejores perspectivas de la inversión privada y pública, además defendió que la economía salvadoreña no crecerá más por “frenos” externos.

Para el resto de Centroamérica, el FMI prevé que Costa Rica crezca un 3.8 %, mientras que Guatemala y Honduras lo harán a una tasa de 3.5 %, Nicaragua un 4 % y Panamá un 7.5 %, publicó en su informe de Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en inglés).

Así como otros multilaterales, el Fondo alerta que la economía salvadoreña será la de menor crecimiento en toda la región, después que en 2021 lideró el istmo junto a Panamá. Para el 2023, el escenario es mucho más pesimista porque el FMI prevé que el PIB nacional solo crezca solo un 1.7 %.

Todavía no ha pasado lo peor.

El FMI mantuvo su perspectiva de crecimiento global a 3.2 % para 2022, mientras que mejoró ligeramente su pronóstico para América Latina y el Caribe a 3.5 %.

El multilateral describe la crisis mundial como “nubarrones de tormenta” donde persisten tres “poderosas fuerzas”: la invasión de Rusia a Ucrania, la crisis del costo de la vida por la inflación, y la desaceleración en China ante los frecuentes esquemas de confinamiento por covid-19.

“Más de una tercera parte de la economía mundial se contraerá este año y el próximo, mientras que las tres mayores economías -Estados Unidos, la Unión Europea y China- continuarán estancadas”, dijo el FMI, al tiempo que alertó que “lo peor está por llegar” para 2023 que se sentirá como “un año de recesión”.

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Para el organismo financiero, el entorno externo ya es sumamente complicado para las economías emergentes frente a la apreciación del dólar en Estados Unidos, por las presiones que ejerce en los precios y socava la capacidad de compra de los hogares.

El alto costo de la vida es la preocupación más importante para el FMI, que llevó a Estados Unidos, el principal socio comercial y emisor de remesas a El Salvador, a endurecer las condiciones monetarias y financieras. Pero, continuó explicando el organismo, la inflación ha demostrado ser obstinada y no cederá hasta 2024.

El panorama mundial parece también sombrío por una desaceleración de China, la segunda economía más grande, que se aproxima a una crisis inmobiliaria. Dado su importancia para las cadenas mundiales de suministro, lo que pase en el gigante asiático impondrá un lastre al comercio y la actividad económica global.

El dato

¿Cuáles son las preocupaciones? La invasión de Rusia a Ucrania, la crisis del costo de la vida provocada por la persistente inflación y la desaceleración en la actividad económica de China.