El ganado salvadoreño se encuentra “bastante sano”, pero aún hay enfermedades que mantienen alertas a los productores, según la Asociación de Ganaderos de El Salvador (AGES).

El presidente de AGES, Sandor Siliezar, aseguró que en el pasado la tuberculosis fue una de las enfermedades que tuvieron que ser atendidas sobre el ganado. Ahora, indicó, es necesario darle seguimiento a plagas como la mosca paletera que chupa la sangre del bovino y provoca llagas.

“(La) plaga como la mosca paletera que afecta bastante y ha sido una como entre otras que tenemos que estar expectantes que no se dé”.
Sandor Siliezar
Presidente de AGES


La Mesa Agropecuaria Rural e Indígena señala que enfermedades como la pierna negra (un tipo de gangrena que puede afectar a las cabezas de ganado), junto al ántrax son otras enfermedades “comunes” que se mantienen “latentes” en El Salvador.

El ántrax es una enfermedad causada por el bacillus anthracis, un microbio que vive en la tierra, y que no es común; sin embargo, los humanos también pueden infectarse al estar en contacto con animales o carne infectada.


Otras enfermedades

El vocero de la Mesa, Mateo Rendón, aseguró que ambos padecimientos son “letales” por su rápida propagación en la ganadería.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) recomienda que antes de ingresar a la época seca es necesario realizar la vacunación contra el ántrax a los animales mayores de tres meses, y también contra la pierna negra y la bacterina doble, desde los dos meses.

“Siempre hay muertes esporádicas, lo que se hace es que se avisa al Ministerio (de Agricultura), haga pruebas y pueda reaccionar con una campaña de vacunación en la zona”, aseveró Rendón.

La Mesa señala que el gobierno no realiza campañas constantes contra estas enfermedades, y que son los ganaderos los que deben incurrir en destinar sus recursos para desparasitar, vitaminar y vacunar contra enfermedades al hato.

AGES señala que en los últimos años las ganaderías se han reducido debido a lo poco rentable que se ha vuelto el sector por las condiciones climáticas, alzas en el costo de los insumos y la reducción de la mano de obra.

La situación, pese al impacto y la escasez de leche que ha causado, posibilita a que los productores estén más alerta a la presencia de enfermedades en su ganadería.

“Ahora las ganaderías son más familiares y artesanales, casi que todo el día estamos viendo el ganado, en la mañana y en la tarde”, puntualizó Siliezar.