El gobierno negociará un préstamo con el banco JPMorgan Chase, el más grande de Estados Unidos y autor del índice que mide el riesgo país (EMBI), para pagar la recompra de bonos con vencimiento entre 2027 y 2052.

La convocatoria dirigida a los inversionistas, lanzada el 4 de octubre, señala que emitirá “notas a una entidad de propósito especial que financiará su compra de los billetes a través de un préstamo de JPMorgan Chase Bank”.

En un análisis de mercado de Santander Corporate & Investment Banking, la división de negocios del banco español Santander, señala que el gobierno se aparta del mecanismo utilizado en la última recompra de bonos, realizada en abril pasado, cuando emitió $1,000 millones de bonos a una tasa de un 12 %, la más alta de toda la deuda en el mercado internacional.

El Salvador no había salido al mercado de bonos desde julio de 2020, en medio de la pandemia, debido al cierre del grifo de los inversionistas por el alto riesgo país, que se exacerbó en 2021 cuando no se concretó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En las negociaciones de abril de 2024, el gobierno emitió $1,000 millones de los cuales utilizó $486.7 millones para la recompra de una parte de los bonos con vencimientos entre 2025 y 2029. En medio de la alta tasa de interés, las autoridades salvadoreñas se comprometieron a firmar un acuerdo con el FMI o mejorar en dos grados la calificación de soberana para octubre de 2025.

De momento, el gobierno ha precisado cuánto recomprará de las nueve emisiones de eurobonos, que en conjunto suman $7,199.5 millones.

La convocatoria incluye $633.06 millones con vencimiento en 2027; $529.53 millones para 2029; $1,000 millones para 2030; $286.45 millones para 2034; $1,000 de 2035; $653.5 millones para 2041; $1,097 para 2050; y $1,000 millones para 2052, así como $1,000 millones de una nota de interés variable.


Riesgo país

JPMorgan Chase es el autor del Indicador de Bonos Emergentes (EMBI), creado en 1990 para medir la capacidad de cumplir las obligaciones de una economía emergente. Durante 2022, este índice, que es clave en las consultas de inversionistas, superó los 30 puntos y colocó a El Salvador como el país con mayor riesgo de América Latina después de Venezuela.

Esta nota molestó al gobierno e incluso el exministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, reclamaba a través de entrevistas televisivas que El Salvador tuviera un EMBI más alto que Ucrania, que en ese momento se enfrentaba a la invasión rusa.

Después de varios movimientos de la caja fiscal, el EMBI comenzó a desacelerar en el último año y finalmente este 7 de octubre llegó a niveles previo a la pandemia de covid-19 al cerrar en 5.05 puntos, no visto desde el 9 de marzo de 2020.

Aun con la mejora, El Salvador tiene el riesgo país más alto de Centroamérica: Guatemala con 1.92, Honduras con 4.03, Panamá con 2.35 y Costa Rica con 2.02.