En el último Informe Situacional de la Construcción (ISM), la gremial señala que en 2023 se consumieron 42,161,360 bolsas de cemento. Sin embargo, la proyección de 2024 advierte de una disminución de 18,100 bolsas respecto al año pasado.
Inicialmente, la Casalco anticipó que la industria de la construcción consumiría 41.3 millones de bolsas de cemento en 2023, pero la cifra superó la expectativa en 831,060 bolsas.
Los datos de la asociación evidencian que, desde 2021, las proyecciones del consumo aparente de cemento han sido superadas por las compras reales del sector.
Crecimiento
Según la gremial, entre 2022 y 2023, el consumo aparente de cemento incrementó un 2.07 %, al pasar de 41.3 millones a 42.1 millones de bolsas.Entre 2020 y 2023, El Salvador consumió 156.6 millones de bolsas de cemento. La industria de la construcción es uno de los brazos de la economía salvadoreña, que apalancó el crecimiento en 3.5 % del Producto Interno Bruto (PIB) de 2023.
La Casalco recordó que durante enero se consumieron 3.3 millones de bolsas de cemento, la cifra fue un 7.86 % menos frente a las 3.6 millones de bolsas de enero de 2022.
El presidente de Casalco, José Antonio Velásquez, anticipó en abril que el consumo de cemento tiende a no crecer de forma proporcional frente a los resultados del sector, principalmente porque hay otros materiales que rigen a la construcción.
Peso en la economía
La Cámara confirmó que el PIB del sector de construcción creció un 18.53 % al cierre de 2023, según datos citados por el Banco Central de Reserva (BCR).La gremial había proyectado crecer un 15 % en 2023, mientras que el BCR confirmó que la industria cerró con una tasa de un 17.9 %.
En cuanto al sector de actividades inmobiliarias, la Casalco señaló que el PIB creció un 5.76 % al cerrar con $1,995.27 millones, sumando $108.58 millones más que en 2022.
Velásquez resaltó en la última edición de la Revista Construcción, correspondiente al período de mayo a junio de 2024, que el sector de construcción ha mantenido un crecimiento sostenido en los últimos 10 años, a excepción del 2020, cuando la pandemia obligó a que las constructoras pararan los proyectos por los esquemas de confinamiento.