La inflación mantuvo su tendencia de relajamiento en junio pasado y cerró en 3.78 %, su tasa más baja en los últimos dos años, según una actualización publicada ayer por el Banco Central de Reserva (BCR).

Este indicador está estrechamente relacionado con el encarecimiento del costo de la vida, que a partir de 2021 comenzó una escalada de incrementos hasta superar la banda del 7 % en la segunda mitad de 2022.

Según el BCR, desde inicios del año comenzó un descenso que la llevó de 4.41 % en mayo a 3.78 % en junio.

Esta tasa es la más baja desde julio de 2021, cuando se encontraba en 3.43 %. Los resultados están alineados con la proyección del Banco Central, que en marzo pasado previó que la inflación se modere por debajo del 4 %.

La reducción en la inflación no debe considerarse como una baja en el costo de la vida, pues lo que realmente ocurre es que las alzas ya no son tan agresivas como las registradas en los últimos dos años.

Vuelve a bajar en alimentos.

La inflación mide los precios de una canasta de bienes y servicios que demanda la población de un país a través del Índice Precios al Consumidor (IPC). En los dos últimos años, los salvadoreños han resentido un encarecimiento sobre todo de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que llevó a la canasta básica a su valor más alto en dos décadas.

La actualización del BCR señala que la inflación de este sector experimentó una reducción de 1.42 % y se ubicó en 6.93 % en junio, su tasa más baja desde octubre de 2021.

Todos los rubros que conforman el IPC mostraron variaciones a la baja en junio. Para el caso, la inflación de bebidas alcohólicas y tabaco pasó de 5.41 % a 5.08 %; igual panorama para prendas de vestir y calzado, de 1.90 % a 1.63 %.

Alojamiento, agua, electricidad y gas pasó de 1.98 % a 1.75 %, mientras que muebles y artículos para el hogar experimentó una de las bajas más significativas de 1.46 % en mayo a 0.24 % en junio.

El sector de comunicaciones es el único que muestra deflación (caída de precios) y se coloca en -1.78 % en junio.

El dato

En mayo, la canasta básica alimentaria en la zona urbana apenas bajó ocho centavos respecto a abril y se colocó en $247.86. En la rural, bajó $1.25 y quedó en $188.84.