Los embates de la crisis internacional y alto riesgo financiero le pasaron factura a la inversión extranjera directa (IED) de El Salvador, que cerró con saldo negativo en 2022, confirman las estadísticas del Banco Central de Reserva (BCR).

La IED es una de las variables que se actualizan cada trimestre y los datos más recientes, publicados a finales de marzo, confirman que la inversión extranjera se contrajo y cerró en saldos negativos por primera vez en 12 años.

La IED hace referencia a todo capital extranjero que ingresa a un país como inversión, pero los organismos internacionales y los economistas consideran la IED neta, que resulta cuando se restan las liquidaciones que transfieren las empresas a sus casas matrices, porque se considera que este es el dinero que realmente queda en la economía.

De acuerdo con los datos del BCR, la IED neta cerró en -$99.10 en 2022, es decir, hubo más salidas de dinero que entradas. Estos resultados no se veían desde 2010, cuando la economía mundial y la salvadoreña comenzaban a recuperarse de la crisis financiera de 2009.

Este resultado se veía venir pues en dos de los primeros tres trimestres del año pasado cerraron con un flujo negativo y los economistas atribuyeron este comportamiento tanto al alto riesgo país de El Salvador como al cóctel de crisis internacionales que presiona a las empresas transnacionales a mesurar sus actividades.

La IED neta de 2022 quedó lejos de los $314.48 millones reportados en 2021, un flujo que si bien aumentó frente a 2020, cuando fue de $293.44 millones, aún no recuperaba los niveles registrados antes de la pandemia del covid-19.

El total de la inversión extranjera directa -sin considerar las salidas- fue de $10,560.67 millones, $20.72 millones (un 0.19 %) menos que los $10,581.39 registrados en 2021.

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Los sectores más golpeados.

El sector industrial fue el más golpeado pues cerró con un flujo negativo de -$289.15 millones. Este segmento, considerado el “motor de la economía”, fue uno de los dos rubros que se contrajeron al cierre del año pasado con una caída de 0.5 %, según el BCR.

La actividad industrial se vio afectada por una menor demanda interna debido, principalmente, a la pérdida de la capacidad adquisitiva de los hogares por la galopante inflación, mientras se enfrentaba a un encarecimiento en sus procesos de producción, sobre todo en los fertilizantes, pinturas, carnes y harinas.

El sector de información y comunicaciones, que mantuvo a flote la IED en 2020 por las inyecciones de capital de las operadoras telefónicas, también cerró con un flujo negativo de -$145.5 millones.

Transporte cerró con -$2.65 millones y agro con -$4.82 millones. Hubo flujo positivo, en tanto, en el sector de comercio que tuvo una IED neta de $201.56 millones, al igual que electricidad con $52.82 millones, y las actividades financieras y de seguros con $54.8 millones.

En el cuarto trimestre de 2022, la IED neta de Centroamérica cerró con un flujo de -$11.94 millones, al igual que Estados Unidos -principal socio comercial- con -$48.24 millones.