La inversión privada de 2021 fue la más alta de los últimos 61 años, señaló la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

Con datos del Banco Central de Reserva (BCR), la institución señaló que la inversión privada rompió récord el año pasado al superar los $5,291 millones, lo que significó un incremento de $1,441 millones respecto al 2020.

El monto alcanzado el año pasado equivale al 18.4 % del Producto Interno Bruto (PIB, producción de bienes y servicios de una economía), el porcentaje más alto desde 1961.

Fusades explicó, en una posición institucional publicada ayer, que la expansión de la inversión privada de 2021 fue impulsada por la ejecución de los proyectos que se paralizaron en 2020 debido a los esquemas de confinamiento por el covid-19.

Incluyó además la recuperación de las exportaciones, importaciones y remesas que superaron el 25 % del PIB, así como por el rezago en la aprobación de permisos de construcción desde hace cinco años.

En 2016, el país enfrentó un “largo período” en el cual no se concedieron permisos de agua para las inversiones de construcción, lo que provocó que se acumularan 140 proyectos congelados por un monto de $1,200 millones.

En 2017 hubo un acuerdo de agilización de los trámites y se esperaba que se terminarían de ejecutar en tres años (para 2020), pero debido a la pandemia algunos trabajos se retrasaron y concluyeron en 2021.

¿Qué se espera para 2022?

En marzo, el presidente del Banco Central, Douglas Rodríguez, señaló que las proyecciones de inversión para 2022 superan los $2,200 millones, incluyendo proyectos en procesos de construcción como la mega planta de gas natural licuado (GNL) de Energía del Pacífico, el complejo urbanístico Valle El Ángel y Ciudad Marsella.

Sin embargo, Fusades destacó que el 2022 el “panorama ha cambiado” en la economía mundial que se enfrenta a los riesgos geopolíticos debido a la invasión a Ucrania, menor crecimiento y la crisis inflacionaria que eleva el precio de los alimentos, así como el endurecimiento de las políticas monetarias de Estados Unidos.

Estos factores “reducirán la inversión empresarial y de los hogares”, además la influencia del riesgo de la deuda de los mercados emergentes aleja las fuentes de financiamiento porque los flujos de capitales “buscan títulos en países desarrollados con menor” incertidumbre.

Tras el impulso de 2021, y para mantener el ritmo este año, Fusades recomienda facilitar los trámites, además de dar flexibilidad al mercado laboral acorde las nuevas oportunidades de los sectores productivos, y elaborar una estrategia de atracción.

Los picos históricos de inversión

El tanque de pensamiento señala que en las últimas seis décadas hubo períodos en los que la inversión alcanzó picos (peak). Pero, en general, el “el esfuerzo ha sido históricamente bajo en el país para sustentar la demanda insatisfecha de empleo”.

Uno de esos picos fue en 1978, cuando llegó a representar el 15.6 % del PIB debido a los buenos precios internacionales del café y los anuncios de inversión extranjera como Texas Instruments (como la Apple de ese momento).

El segundo fue en 1995 en 15.2 % del PIB, tras los Acuerdos de Paz, que incluyó reformas económicas para promover las exportaciones y la inversión privada. Mientras que el tercero fue en 2008 explicado por capitales en los sectores de telecomunicaciones, hoteles, textil y Aeroman.