Los hábitos poco saludables en la alimentación de los salvadoreños cuestan más de $2,600 millones anuales, reveló un estudio publicado este viernes por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que advierte del alto consumo de alimentos procesados y cargados en sal.

El Estado de la agricultura y la alimentación 2024, una publicación periódica de la FAO, es una continuación de la edición de 2023, cuando la agencia de Naciones Unidas cuantificó el costo oculto de los sistemas agroalimentarios en relación al gasto en la salud por una mala alimentación y el impacto en el medio ambiente.

La nueva edición proporciona un desglose del costo para 156 países de los patrones alimentarios poco saludables y las enfermedades no transmisibles, como diabetes, padecimientos cardiovasculares, respiratorias, cáncer o lesiones externas.

Según el reporte, el costo de una mala alimentación en Centroamérica (incluyendo México) supera los $141,052 millones.

Para El Salvador, el costo de los riesgos alimentarios es de $2,641 millones distribuidos en cuatro grupos de consumo: alimentos procesados y con aditivos, integrales de origen animal, productos de origen vegetal, y con bajos beneficios de ácido graso.


Bajo consumo de frutas y verduras

De acuerdo con la FAO, el mayor costo se origina por el bajo consumo de alimentos integrales de origen vegetal, calculado en $1,354 millones.

Dentro de este grupo, la mayor carga se origina por el bajo consumo de frutas en $503 millones, granos enteros en $394 millones, vegetales en $357 millones, legumbres en $61 millones, y nueces y semillas en $11 millones.

El segundo con mayor costo en la salud corresponde al consumo de alimentos procesados, donde los productos con alta concentración de sodio representan $408 millones, carnes procesadas -como embutidos- $131 millones, bebidas endulzadas en $104 millones, y los ácidos grasos trans en $15 millones.

La FAO detalla en su publicación que el consumo de alimentos con bajos beneficios de ácido graso -como pescado o aguacate- tienen un costo en la salud de $504 millones anuales. De estos, $218 millones son por productos con grasas poliinsaturadas y $286 millones por comer alimentos con baja omega-3.

Los alimentos integrales de origen animal cuestan $125 millones, de los cuales $40 millones corresponden a bajo consumo de leche y $85 millones por alto contenido de carnes rojas.

La agencia de la ONU recuerda que el costo "oculto” de los sistemas agroalimentarios en El Salvador sube a $4,171 millones anuales al incluir el impacto ambiental por el uso de la tierra, emisión de gases y nitrógeno, así como el efecto social por la pobreza en los agricultores y la desnutrición.