Las orquídeas reproducidas en el laboratorio del salvadoreño Álvaro Jiménez han cruzado el océano con destino final en Alemania. Jiménez entregó la semana pasada el último lote, que se suma a otros pedidos realizados a Honduras, Nicaragua y Guatemala.

Recién graduado de ingeniería agroindustrial y amante de las plantas, Jiménez dio los primeros pasos para crear Vitroplantas en 2018. “Yo quería reproducir orquídeas desde que estaba pequeño”, recuerda el salvadoreño, quien define a las plantas como “lo más lindo que hay entre las flores”.

En su laboratorio reproduce más de 60,000 orquídeas de 76 variedades entre nativas, importadas e híbridos con la técnica in vitro, que consiste en polinizar manualmente la flor para crear una cápsula con capacidad para sacar hasta 4,000 nuevas plantas, aunque Jiménez asegura que solo se seleccionan algunas para mantener la genética y por la capacidad del laboratorio.

Vitroplantas entrega la orquídea en un tronco y musgo para asegurar su vida. / F. Valle
Vitroplantas entrega la orquídea en un tronco y musgo para asegurar su vida. / F. Valle



El proceso es “sumamente largo” y dura hasta dos años. El emprendedor apenas comienza a ver florecer las primeras orquídeas que logró reproducir, pero no se desanima y con tono anímico cuenta que toda su vida gira en torno a las orquídeas, desde la literatura hasta las amistades.

Ese entusiasmo ha sido reconocido en competencias nacionales, incluyendo el Premio a la Iniciativa Privada, entregado a finales de octubre por la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) con capital semilla.

Caída y recuperación.

Jiménez recuerda con melancolía su peor pérdida como productor. En 2020, en plena crisis por la pandemia de covid-19, se murieron todas las orquídeas que había reproducido por un problema de contaminación en las tapaderas de los recipientes.

“Yo tuve que comenzar de cero. Yo siempre digo que comencé el 5 de enero de 2021”, afirma. “Creo que fue sumamente valiosa la lección, dolorosa, pero valiosa”. En ese entonces utilizaba la reproducción in vitro también para caña de azúcar, fresas, cuerno de alce y ginkgo biloba. La experiencia, añade el salvadoreño, le ayudó a mejorar las prácticas de inocuidad y se decidió por el cultivo exclusivo de orquídeas.

El emprendedor tiene más de 76 variedades, incluyendo 15 nativas. / F.V.
El emprendedor tiene más de 76 variedades, incluyendo 15 nativas. / F.V.



En su laboratorio -que se divide en un cuarto frío y un invernadero- hay lotes de dos variedades de orquídeas en peligro de extinción en El Salvador, como cattleya skinneri alba. También hay orquídeas importadas de Estados Unidos, Indonesia, Ecuador, Taiwán y Guatemala.

Jiménez es pionero en el cultivo de esta planta en El Salvador, pues el mayor comercio se basa en plantas extraídas de zonas protegidas. Es común ver en las carreteras a personas ofreciendo esta flor, incluso con tronco, a precios que superan los $20, pero el productor aseguras que hay variedades de colección que llegan a los $5,000.

Vitroplantas se enfoca en paquetes a las instituciones para reforestar zonas protegidas, como el parque de Montecristo que tiene un inventario, además de ofrecer la venta a comercio de flores a precios preferenciales.