Las remesas que El Salvador recibe desde Estados Unidos se desaceleran, una situación que podría estar ligada a la reducción de los niveles migratorios, revela una investigación del tanque de pensamiento estadounidense Diálogo Interamericano.



El documento publicado esta semana señala que, basado en el supuesto de que un 20 % de los migrantes con orden de deportaciones recientes fueron devueltos a Centroamérica y México -y que se mantiene el resto de políticas-, los nuevos remitentes de remesas vendrían disminuyendo desde 2024.

“El efecto neto de los nuevos remitentes de remesas mostraría una disminución en el número que afectaría el crecimiento de las remesas desde Estados Unidos a la mitad de lo que fue en 2024”, indica el informe.



El informe revela que, si las deportaciones incrementan y la migración disminuye, el flujo de remesas hacia América Latina y el Caribe podría crecer a un menor ritmo en los próximos años.

Diálogo Interamericano proyecta que los nuevos flujos de remitentes habrían bajado de 35,085 en 2023, a 30,585 personas al cierre de 2024. El documento prevé que la cifra registrará 19,018 personas para 2025, para luego sumar solo 15,847 en 2026.

Al igual que El Salvador, México y Nicaragua habrían experimentado desde 2024 una reducción de las personas que envían remesas, según las proyecciones del documento.

La situación sería similar a la de Guatemala y Honduras, con la diferencia que la desaceleración de estos iniciará en 2025.

Según el informe, por cada migrante que llega a Estados Unidos las remesas incrementan en $4,900, mientras que por cada persona que es deportada estas disminuyen en $39.


Crecimiento anual

El organismo plantea que el crecimiento anual del volumen de remesas que recibió El Salvador creció a una tasa de un 3 % entre 2022 y 2023; sin embargo, para 2024 se proyecta un crecimiento de un 2 %, mientras que en este año el alza rondaría un 1 %.


Diálogo Interamericano señala que, con base en las proyecciones de los bancos centrales de los países de la región y de los autores de la investigación, El Salvador habría alcanzado los $8,148 millones en remesas al cierre de 2024.

Las previsiones apuntan que para 2025 las remesas que reciban las familias salvadoreñas serán de $8,243 millones y para 2026 el aumento rondará apenas los $100 millones y cerrará ese año con $8,332 millones.

El expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), Mauricio Choussy, aseveró en diciembre de 2024 que la economía y las remesas en El Salvador se estaban desacelerando al cierre del año.

Hasta noviembre de 2024, las remesas familiares acumuladas crecieron $164.47 millones tras superar los $7,556.5 millones, con un crecimiento interanual de un 2.2 %.

Las estadísticas del BCR confirman que es el alza más baja reportada desde 2015.

El informe de Diálogo Interamericano hace énfasis en que la migración en descenso “significa una desaceleración de las remesas”.

La institución recordó que el producto interno bruto (PIB) y el consumo privado de Centroamérica son influenciadas por las remesas provenientes desde Estados Unidos. De hecho, el BCR ha confirmado con anterioridad que las remesas que llegan a El Salvador son utilizados, en su mayoría, para el consumo de los hogares.