Roble ha incluido señalización que indica el flujo en los pasillos, gradas eléctricas y elevadores, además de las pautas de distanciamiento social en las filas para cancelar. / Óscar Machón


Metrocentro San Salvador es uno de los centros comerciales con mayor flujo en Centroamérica. Hasta el año pasado, el inmueble –propiedad de Grupo Roble– reportaba un tráfico mensual, promedio, de 2.7 millones de personas (en temporada regular).

La pandemia del Covid-19 y las regulaciones de movilidad y distanciamiento social paralizaron casi por completo al sector desde mediados de marzo y, aunque han retomado algunas actividades más allá de las esenciales –en la modalidad para llevar–, la operatividad del sector sigue siendo baja.

De acuerdo con el cronograma del Ejecutivo, para la reapertura de la economía (tras 87 días de cuarentena), los centros comerciales retomará su operatividad plena, pero con protocolos, desde la fase 3 que está prevista que inicie el 22 de julio.

Elías Arévalo, gerente de operaciones de Grupo Roble, explicó a Diario El Mundo que el sector se prepara para entrar a una nueva normalidad a partir de la aplicación de una serie de medidas, que incluye el uso de tecnología para medir la cantidad de visitantes en los inmuebles y protocolos de bioseguridad para proteger a colaboradores, clientes y visitantes.

“Hemos venido preparándonos desde hace varios meses para estar listos para la reapertura de nuestros proyectos”, dijo.

 

Operar en la pandemia

El sector está a la expectativa de qué cambios de actitud traerá la emergencia entre los consumidores, una nueva era marcada por distanciamiento social y planes de desinfección profunda.

Arévalo considera que es difícil predecir lo que sucederá en el futuro y el impacto que la pandemia pueda tener en las costumbres y comportamientos de las personas. Sin embargo, cree hay claridad por parte de la empresa en que “lo importante, en este momento, es estar preparados para recibir la mayor cantidad de personas de manera segura”.

Roble opera desde 1971 a Metrocentro San Salvador, pero posee desarrollos bajo el mismo nombre en las ciudades de Santa Ana, San Miguel, Sonsonate y Colón (Metrocentro Lourdes), además de tres bajo el nombre de Unicentro (Altavista, Soyapango y Metrópolis), además de El Paseo y Multiplaza.

 

La empresa ha capacitado al personal y les ha suministrado equipo de protección personal necesario para protegerlos mientras realizan su trabajo. /Óscar Machón


Arévalo explicó que durante toda esta pandemia se ha permitido operar los negocios considerados de primera necesidad instalados dentro de los centros comerciales, como supermercados, farmacias, bancos, compañías de telefonía, entre otras. “Durante la primera fase, continuarán operando estos mismos establecimientos, cumpliendo con los protocolos de bioseguridad y cantidad permitida para operación”, explicó.

Los centros comerciales sumaron actividad adicional desde el 16 de junio, con la entrada en vigor de la primera fase de reactivación que permitió el reinicio de operaciones de librerías, ópticas, tiendas de ropa, zapaterías, accesorios, tecnología, motocicletas, electrodomésticos y pequeños enseres, además de joyería y accesorios, y videojuegos, con la condición de que sus servicios únicamente sean a través de la venta en línea y entrega de productos en los kioscos ubicados en los estacionamientos de cada centro comercial.

El gerente de operaciones de Grupo Roble destaca que por ahora los clientes deben llegar al kiosco que se les indicó al momento de efectuar la transacción, los cuales están ubicados en áreas específicas del estacionamiento de cada centro comercial y cuentan con personal capacitado para la atención.

Al entregarles el producto, se les entregará un tiquete de parqueo para que puedan salir del centro comercial sin tener que bajarse del vehículo y validarlo en el estacionamiento.