El sector caficultor generó más de 46,000 empleos en la recién finalizada cosecha 2021-2022, su cifra más alta de los últimos tres años, según el Consejo Salvadoreño del Café (CSC).

En octubre de cada año, miles de salvadoreños acuden con sus canastos a las fincas a cortar el grano maduro, cuyos trabajos se extienden hasta los primeros meses del siguiente año. Esta es una de las principales actividades del sector agrícola pues, además de empleos, es un producto de exportación de alta demanda en el mercado especializado.

El último informe de producción del ciclo 2021-2022 revela que el sector generó 46,102 empleos y significó un aumento de 6,556 puestos de trabajos (un 16.5 % de crecimiento) en comparación con los 39,546 registrados en la cosecha 2020-2021.

Dichos resultados son los más altos desde el ciclo 2018-2019, cuando el sector generó 47,756 empleos, hace tres años y antes de la crisis por la pandemia del covid-19.

A pesar del aumento, el sector sigue sin recuperar los niveles vistos antes del devastador brote de la roya de 2013, cuando la producción cayó por debajo de la mitad, así como los empleos. El CSC reporta que en la cosecha de 2012-2013 se generaron 86,500 y para el siguiente ciclo cayeron a los 35,000.

Inseguridad.

Los productores representados en la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) han advertido en reiteradas ocasiones que se enfrentan a una menor disposición de mano de obra para atender los trabajos de las fincas, como poda o corta.

Esto no solo atañe a El Salvador, señaló Sergio Ticas, presidente de la gremial, que aseguró que también hay reportes en Guatemala y Costa Rica. En el mercado local el problema comenzó, continuó explicando, por la inseguridad debido a que las pandillas no dejaban entrar a trabajadores, los extorsionaban o los mataban.

Incluso algunos productores aseguraban que las pandillas los obligaban a ponerlos en las planillas para recibir un salario, sin trabajar, a cambio de permitirles el ingreso de colaboradores, además del pago de extorsiones para no atacar a los trabajadores.

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Ticas aseguró que con el Plan Territorial de Seguridad se mejoró la coordinación con la Subdirección de la Policía Rural para aumentar el patrullaje en las fincas. “Ahora ya podemos entrar, es más, hay muchos caficultores que ya no los están extorsionando, habrá un mínimo, pero ya no como ante”, aseguró.

También incide que hay trabajadores que han emigrado o han buscado un empleo en otros sectores. Para el vocero de la gremial, “lo que tenemos que hacer es irnos mecanizando”.

“Si antes usábamos 10 personas para podar nuestros arbolitos, la cola de zorro que le dicen, ahora mejor compramos la motosierra y vamos podando”, señaló.

Resultados finales.

La última cosecha de café, según el CSC, cerró con 922,040 quintales, un 17 % superior a lo registrado en la corta 2020-2021. Equivalente a 131,120 quintales adicionales.

Esta fue la producción de café más alta de los últimos cuatro años, solo por debajo de los 925,160 quintales obtenidos en la cosecha 2017-2018.

Antes del azote de la tormenta tropical Julia, la Acafesal se mostraba optimista que el sector lograría en la cosecha 2022-2023 superar por primera vez la cota del millón de quintales desde el voraz ataque de la roya. Sin embargo, los productores perdieron más de 50,000 quintales por el evento climático.