El Salvador destinó el equivalente a un 2.1 % de su Producto Interno Bruto (PIB) en transferencia a hogares, subsidios a empresas e ingresos fiscales no percibidos durante la crisis de covid-19, según la última nota económica publicada por la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Internacional (Secmca).

Durante la pandemia, el Gobierno salvadoreño otorgó un bono de $300 a más de 700,000 familias cuando apenas iniciaban los esquemas de confinamiento. Posteriormente se entregaron canasta alimentarias, casa por casa, para ayudar a las familias que se quedaron sin empleos y se encontraban en riesgo de inseguridad alimentaria.

La investigación, que toma como base los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), señala que El Salvador también utilizó el equivalente a un 0.5 % de su PIB durante ese periodo para fortalecer los sistemas de salud.

Los datos de El Salvador serían más bajos que los reportados en Guatemala, por ejemplo, que destinó un equivalente de un 3 % de su PIB en subsidios y transferencias, y un 0.5 % en el sistema sanitario.

La nota señala que Costa Rica y República Dominicana destinaron un 1.6 % y un 3.3 % equivalente a su PIB, respectivamente, en subvenciones y mejoras sanitarias.

Efecto cascada de los subsidios en EE.UU.

La investigación compara los recursos destinados por los países centroamericanos frente a los paquetes de estímulo de Estados Unidos, cuyo gobierno utilizó 11 veces más recursos que los destinados por El Salvador para atender la pandemia.

Los grandes flujos de incentivos destinados en Estados Unidos empujaron a un efecto de riqueza que, en alguna medida, provocaron los altos niveles de inflación que se reportaron posteriormente, cuyo efecto, como era de esperarse, tuvo repercusiones en la economía centroamericana.

“La pérdida de valor del dólar incrementa los precios en Estados Unidos, incluyendo los precios de los bienes que la región exporta e importa, afectando a la vez los precios de los bienes que se comercian en el interior de Centroamérica”, señala el reporte.

Al igual que en Estados Unidos, la inflación se disparó en El Salvador y alcanzó un pico de un 7.76 % en junio de 2022, que se tradujo en un encarecimiento principalmente de la canasta básica alimentaria.

La inflación también se disparó en 2022 por la invasión rusa en Ucrania, que elevó a más de $120 el barril de petróleo. De esa manera, los gobiernos de la región adoptaron medidas para amortiguar el efecto y que la economía no cayera de nuevo en contracción, que terminaron costando millones.

El análisis de la Secmca reconoce que desde el último trimestre de 2022 la inflación en los países comenzó a retroceder “en sincronía” con Estados Unidos. Sin embargo, indica, en las tendencias también influyen las políticas fiscales que los países implementen.

El documento señala que controlar el costo de precios para bajar los niveles de inflación en la región no tendrá buenos resultados y que los países deben implementar políticas para absorber sus gastos fiscales y obtener mejores efectos.

El dato

Centroamérica y Estados Unidos están ligados a través de las remesas y el intercambio comercial, que han convertido al país del norte como el principal socio comercial.