Los casi tres días de continuas lluvias por la tormenta tropical Pilar dejaron más de 474,000 quintales de frijoles y maíz perdidos, mientras que el sector cafetalero se prepara para un agresivo brote de la roya y broca.

El principal temor para los productores de cereales y cafetaleros era que las ráfagas de vientos botaran los granos, así como inundaciones en las parcelas y caída de infraestructura agrícola, a pesar de que la tormenta no tocó el territorio salvadoreño.

Los cálculos preliminares de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) compartidos con Diario El Mundo advierten de una pérdida de 272,000 quintales de maíz y 202,000 quintales de frijoles.

Los agricultores de cereales se encuentran sacando la producción de la siembra postrera, donde se obtienen cuatro millones de quintales de maíz y 1.6 millones de quintales de frijoles.

Luis Treminio, presidente de Campo, detalló que lo perdido en frijoles equivale a un 15 % y en maíz a un 10 % de lo sembrado para esta época.

Aunque las lluvias tuvieron mayor incidencia inicialmente al oriente del país, productores reportan una mayor afectación en los municipios de Teotepeque, Jicalapa y Zaragoza, en el departamento de La Libertad, así como en San Luis Talpa, en La Paz. Además de Usulután, San Vicente y la zona alta de Chalatenango.

Estos daños se suman a los 1.2 millones de quintales que el sector perdió en los primeros meses de la cosecha debido a las altas temperaturas y los períodos de sequías por la presencia del fenómeno climático de El Niño.

En postrera se siembra el 20 % del maíz, que son aproximadamente cuatro millones de quintales. Por eso, a pesar de que sea mínimo el porcentaje, es mayor la cantidad de pérdida”.

Luis Treminio, presidente de Campo

El grano que se cae y que no recoge por la falta de mano de obra, este grano sirve de refugio para que la broca se reproduzca (...) hasta que con las lluvias, el insecto
sale a volar”.

Sergio Ticas, presidente de Acafesal


Las lluvias ocasionaron que el grano de café se rajara, que termina por caerse y crea condiciones para la broca. Cortesía Acafesal
Las lluvias ocasionaron que el grano de café se rajara, que termina por caerse y crea condiciones para la broca. Cortesía Acafesal

Roya y broca de café

El sector caficultor, que en octubre comenzó la corta del ciclo 2023-2024, también se vio afectado porque las lluvias rajaron los granos maduros, que eventualmente terminan por caerse. Por la falta de mano de obra, los productores no recogen estos frutos y sirven de refugio para las plagas.

De momento, la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) considera que los daños en las fincas no son significativos, pero advierte que los cambios bruscos propician el desarrollo del hongo de la roya y broca.

“La broca se desarrolla y permanece en época de verano, hasta que, con las lluvias, el insecto sale a volar y empieza a colonizar nuevos frutos. Debemos recordar que la única comida de la broca es el grano de café”, explicó Sergio Ticas, presidente de Acafesal.

En octubre pasado, la Acafesal alertó de brotes de broca en fincas de Chalatenango, Santa Ana y Morazán, donde un 10 % de los productores se enfrentan a esta plaga.

“Ya una vez adentro (del grano), comienza a afectar el fruto y cuando ya está maduro y lo cortamos, ya es un café brocado y nos da mala calidad en la taza. Es por eso que hay que combatirla con productos ecológicos”, añadió Ticas.

La Acafesal prevé que la cosecha 2023-2024 deje una producción de 800,000 quintales, menor a los 876,315 quintales obtenidos en la corta 2022-2023 y lejos del más de un millón de quintales que se tenía en 2012, cuando fue el agresivo brote de la roya.