El temor de un fuerte ajuste en las tasas de interés en los préstamos no se consolidó gracias a la liquidez de la economía salvadoreña, propiciada principalmente por el aumento de remesas familiares.

En su afán para contener la inflación en Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed, banco central) ha aplicado este año varios ajustes a su tasa de referencia. El último -más tímido que los primeros- se aprobó la semana pasada con el cual los tipos de interés ya se encuentran en sus niveles más altos desde 2007.

El efecto directo es el encarecimiento del crédito para consumo e inversión, para “enfriar” la economía estadounidense y reducir las presión sobre los precios. Estos ajustes tendrían consecuencia en El Salvador, según las alertas de los economistas, por la vía de las remesas, menor demanda de bienes y préstamos más caros.

Pero “no todo ese incremento de la Fed se transmite a la economía de El Salvador”, señaló Alexander Pinilla, vicepresidente financiero de Bancoagrícola, porque “todavía hay mucha liquidez en el país”.

Pinilla explicó que las remesas, que son uno de los principales generadores de divisas, se mantienen en dígitos positivos tras dos años con crecimientos récords, así como la cartera de depósitos es superior a la de créditos en todo el sistema bancario.

El Banco Central de Reserva (BCR) reporta que las remesas familiares sumaron $6,981.7 millones entre enero y noviembre pasado, equivalente a $227.1 millones adicionales a los resultados vistos en el mismo período del 2021, un 3.4 % de crecimiento.

Entretanto, la cartera de depósitos del sistema bancario aumentó $566.3 millones (3.6 %) a octubre pasado al cerrar en $16,212.2 millones. “Eso hace que el incremento de tasas internacionales no se transmita rápidamente a El Salvador y no estamos viendo hoy un crecimiento alto”, agregó.

El BCR registra que las tasas de interés de los préstamos de hasta un año plazo pasaron de 5.86 % en enero a colocarse en 6.78 % en noviembre, un aumento de 0.92 puntos porcentuales.

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Optimismo para 2023.

La Fed ha adelantado que los incrementos de tipos de interés seguirán en 2023, pero con menor agresividad que los ajustes de 2022, hasta llevar a la inflación a un nivel de 2 % anual, que es considerado sano para la primera economía del mundo.

Para Pinilla, aún no se activan las alarmas para el sistema bancario porque “todavía hay mucha dinámica” en Estados Unidos con una tasa de desempleo estimada en 4.6 % en 2023. “Por consiguiente, vemos que seguiremos recibiendo flujos de remesas”, dijo.

Agregó que “vemos muy positivo el próximo año y no estamos viendo un choque importante” porque la “Fed comenzó a desacelerar el incremento de tasas, la inflación está bajando, el desempleo está en los niveles más bajos y eso redunda en que haya movimiento económico”.

Sin embargo, las proyecciones económicas para El Salvador no se vislumbran del todo positivas. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé que la economía crezca 1.6 % en 2023 después de un 2.6 % al cierre del 2022, su tasa más baja desde 2014.