La pandemia del coronavirus hizo reflexionar a Helen Yanes sobre la vida: “Siempre quise hacer algo diferente”, cuenta dos años después de aventurarse a lanzar su emprendimiento Picaporte.

“Desde pequeña, he querido hacer algo más, algo que fuera mío, creado por mí”, pero Yanes no se esperaba tener su propio negocio hasta que cuando buscaba accesorios para decorar su vivienda se dio cuenta que “quería tener objetos que tuvieran significado y aportaran un valor”.

La salvadoreña experimentó con la elaboración de garland (diademas). “Al ver los resultados, me gustó un montón cómo quedó y, entonces, mezclando eso, de querer hacer algo más y qué era lo que podía hacer, nació Picaporte”, señaló.

El 4 de septiembre de 2021 sacó su primera publicación en redes sociales y, desde ese momento, la salvadoreña se ha hecho de renombre, aunque reconoce que “emprender no es fácil”.

“Al principio, tuve un montón de dudas porque dije ‘esto lo veo bonito, pero la gente qué va a decir y por qué lo voy a vender’. Pero, en ese momento, tenía varias amigas que estaban emprendiendo y al final somos capaces de crear nuevas cosas y hacer algo más”, comentó.

Portafolio.

Yanes elabora con arcilla denarios y garlands secados al aire, que comercializa a través de las redes sociales de Picaporte y en dos tiendas, la vitrina del Museo de Arte de El Salvador (MARTE) y una de emprendedores en el bulevar el Hipódromo, San Benito.

La salvadoreña, con trayectoria en periodismo y comunicación institucional, reconoce que llevar la vida profesional de la mano de un emprendimiento es cuesta arriba, por lo que se concentra en entregar 10 piezas mensuales a cada tienda.

Las decoraciones de Picaporte también son adquiridas por salvadoreños que quieren sorprender a sus familiares en el exterior, quienes ven el trabajo de Yanes más como “una pieza de arte”.

El precio de las piezas va de $18 a $95, según diseño y tamaño. Además, la cotización varía si es un pedido exclusivo para un cliente. Yanes destaca que todo el proceso de elaboración es a mano y largo, por lo que “siento que se debe reconocer”.

De momento, la emprendedora se concentrará en experimentar con elaborar productos con cerámica y barro, aunque no descarta su sueño de tener su propia tienda.