El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR) establece desde de enero de 2023 libertad arancelaria para las importaciones de pollo proveniente de Estados Unidos.

El documento vigente desde 2006 estableció un plazo de degradación arancelaria de 18 años para productos como las partes oscuras del pollo (muslos, piernas, e incluso unidos) y el arroz de granza y el procesado.

Estos productos, clasificados con una desgravación “P”, tuvieron 10 años de gracia. Posteriormente, los Derechos Arancelarios a la Importación (DAI) se redujeron poco a poco cada año.

El asesor económico de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), Rigoberto Monge, explicó que el pollo fue uno de los alimentos incluidos en la lista de productos comercializados pero respaldado por un contingente de importación.

El contingente de importación es un tipo de herramienta que los países utilizan para proteger a un sector. A través de este se establece un volumen máximo de los productos incluidos en un Tratado de Libre Comercio (TLC) por un tiempo determinado.

En 2021, una investigación del Banco Central de Reserva (BCR) señaló que cuando el tratado inició el contingente para las partes oscuras del pollo era de 464 toneladas métricas, mientras que para 2019 la cuota ascendió a 4,955 toneladas métricas.

El vocero de la gremial indicó que las alas y las pechugas de pollo perdieron su arancel en los primeros cinco años de ejecución del TLC.

En competencia.

El asesor señaló que existe una clara competencia en los supermercados entre los productos avícolas locales y los extranjeros.

“Quizás en los productos alimenticios agrícolas la ventaja que podríamos tener nosotros, frente a los Estados Unidos, es el tiempo de expiración de productos”, añadió.



Monge reconoce que el sector agropecuario es el más impactado por las negociaciones de acuerdos comerciales. En constantes ocasiones productores han confirmado que el CAFTA-DR repercutió en una disminución de la producción del maicillo y el arroz en la última década.

En la región, países como Honduras pidieron negociar tratados para proteger a sus agricultores de las importaciones provenientes de Estados Unidos.

Un país abastecido.

Los datos del BCR señalan que entre enero y abril de 2022 se importaron $415,376 de partes oscuras del pollo, mientras que en este mismo periodo de 2023 superaron los $959,281, un incremento de $543,904 (130.9 %). Estos proviene principalmente de Guatemala, Estados Unidos y Honduras.

A pesar de esto, la Superintendencia de Competencia (SC) confirmó en septiembre pasado que los salvadoreños prefieren la carne de pollo de la producción local. Además, se indicó que el consumo per cápita de carne de pollo reportó un incremento entre 2010 y 2019, al pasar de 38.4 libras a 47.1 libras anuales.

Al margen de los tratados, Monge indicó que el sector avícola debe ser respaldado por el Gobierno. Recalcó la necesidad de mantener informados a los productores, así como al sector privado, acerca de las negociaciones de futuros acuerdos.

El dato

Un TLC implica para países como El Salvador no solo la facilidad de ingresar al mercado estadounidense, pues también se involucra una acción recíproca de flexibilidad comercial.