El 2023 no fue el año más benevolente con los productores salvadoreños, que tuvieron pérdidas millonarias en los cultivos de maíz y frijoles debido al fenómeno climático de El Niño y la tormenta tropical Pilar. Esto lleva a la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) a estimar que para 2024 habrá un déficit de 7.8 millones de quintales en el mercado para satisfacer la demanda nacional.

Luis Treminio, presidente de Campo, señaló que el ciclo agrícola 2023-2024 cerró con 17.19 millones de quintales entre maíz, frijoles, arroz y sorgo, una reducción de 2.01 millones (un 11.6 %) frente a los 19.20 millones de quintales del período 2022-2023.

Según Campo, los salvadoreños demandan cada año un poco más de 25 millones de quintales, principalmente de maíz y frijoles. Para 2024, el déficit de maíz será de 6.1 millones de quintales, de sorgo de 875,000, de frijoles de 551,720 y de arroz de 187,500.

Inicialmente, Campo estimó que la producción sería de 19.8 millones de quintales. Sin embargo, el ciclo fue “atípico ya que se juntaron todas las advertencias” con altas temperaturas y períodos de sequía debido al fenómeno climático de El Niño, seguido de la estela de daños que dejó la tormenta tropical Pilar.

Además, el sector se queja de falta de incentivos para la producción nacional, alto costo de los insumos agrícolas, escasez de mano de obra y encarecimiento del alquiler de la tierra.

Pérdidas millonarias.

Campo estima que los productores perdieron 2.61 millones de quintales, de los cuales 302,150 corresponden a frijoles y 2.31 millones a maíz.

Esto equivale a una pérdida para los productores de $82.6 millones, una cifra calculada por Campo a partir de los costos de producción y a cuánto habrían vendido cada quintal.

Treminio explicó que no hubo pérdidas en los cultivos de sorgo porque este grano se siembra en agosto, justo después del período de sequía.

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Tampoco fueron afectados por la tormenta tropical Pilar, que generó intensas lluvias en octubre. La reducción en la producción de sorgo y arroz responde más a que los productores cultivaron menos debido al alto costo de los insumos.

Campo señaló que los departamentos más afectados con las pérdidas de maíz son Usulután, San Miguel y La Unión, mientras que en frijoles son Sonsonate, La Libertad y Santa Ana.

De acuerdo con los historiales de Campo, la producción de cereales del 2023 fue la más baja desde el ciclo 2017-2018. La mayor cosecha registrada hasta ahora corresponde al período 2021-2022, cuando fue de 28.64 millones.

Temor a que el capítulo se repita.

Todos los años, los productores se enfrentan a pérdidas por eventos climáticos extremos y 2024 no será la excepción. “Se habla de un Súper Niño y este (2023) con un niño normal perdimos más de 1.2 millones de quintales por sequía, ya no se diga un Súper Niño”, señaló Treminio, que desde ya advierte que la “situación estará bastante complicada”.

Treminio aseguró que los insumos agrícolas aún no regresan a los precios registrados en 2021, a pesar de que en 2023 hubo una reducción cercana a los $60 en los costos para cultivar una manzana de maíz. En 2022 subió en $300.

“Hay interés (en seguir cultivando), pero va a depender de que no tengamos las mismas situaciones que tuvimos este año en cuanto a pérdidas, alto costo de los insumos agrícolas, escasez de mano y alquiler de las tierras”, insistió.

A finales de 2023, la Defensoría del Consumidor confirmó que el costo de los fertilizantes y pesticidas aumentó un 30 % desde 2022, cuando los insumos se dispararon por la invasión rusa en Ucrania.