La Dirección de Energía, Hidrocarburos y Minas (DGEHM) anunció que El Salvador explorará la generación de energía nuclear con combustible de torio.

Para esto, el titular de la DGEHM, Daniel Álvarez, firmó ayer un convenio de cooperación con John Kutsch, director ejecutivo de Thorium Energy Alliance, una organización conformada por científicos e ingenieros que acompañará al Gobierno salvadoreño en la elaboración de un plan para “desplegar” la generación a través de reactores de motores de torio y sistemas de almacenamiento de energía térmica.

“Revolucionará el panorama energético de El Salvador”, aseguró Álvarez, quien también es presidente de la Comisión Ejecutiva del Río Lempa (CEL). Agradeció a la firma por su “dedicado trabajo en la implementación de un futuro nuclear seguro”.

Kutsch, por su parte, consideró que El Salvador está dando “pasos audaces” para asegurar el acceso de energía abundante y confiable a la población.

¿Qué es?

El torio es una alternativa en la generación de energía nuclear, altamente cuestionada a nivel mundial por su uso militar a pesar de que es considerada como una de las menos contaminantes porque provoca menos gases de efecto invernadero.

Una central nuclear tradicional produce calor mediante la división de átomos en un reactor con uranio o plutonio. Ese calor es aprovechado para generar vapor, y luego la energía eléctrica. Estas terminales suelen generar grandes residuos radiactivos, contaminantes que no pueden desecharse fácilmente.

Sin embargo, el torio se plantea como un proceso de generación más seguro y eficiente que con el uranio. “Esta iniciativa no solo resolverá las necesidades urgentes de nuestro país de manera rápida y rentable; sino que, mejorará la posibilidad, confiabilidad y medio ambiente”, señaló en un comunicado.

El Gobierno salvadoreño señaló que con el uso de torio se limita los residuos nucleares, así como el riesgo de proliferación y accidentes nucleares. Además, aseguró que reducirá la dependencia de los combustibles fósiles.

Este metal es además más fácil de obtener porque se encuentra en el suelo, las rocas, el agua, las plantas y los animales. Tampoco puede utilizarse para fines armamentísticos.

Fósil mantiene su dominio.

A pesar del “boom” de proyectos renovables en los últimos años, las centrales de combustibles fósiles mantienen la mayor participación de la capacidad instalada de El Salvador con 771.11 megavatios (MW), un 21.2 % de participación, según datos oficiales al primer semestre de 2022.

El segundo generador es la hidroeléctrica con 571.8 MW, un 20.2 %, mientras que los parques fotovoltaicos ya suman 549.14 MW (el 19.4 %).

El gas natural licuado representa 378 MW, un 13.4 %, atribuibles exclusivamente a la mega planta de Energías del Pacífico (EDP) que inició operaciones en mayo de 2022. En la capacidad instalada también hay biomasa (un 10.4 %), geotérmica (7.2 %) y eólica (1.9 %).

Las claves


« Tradicional »
Utiliza un reactor de uranio y tiene bajo impacto ambiental. Su riesgo es por los desechos radiactivos y de un accidente nuclear.

« Torio »
Se plantea como una solución menos agresiva con el ambiente y reduce los riesgos de accidentes, tampoco se puede usar en armas.

« Pros »
La energía con torio es más rentable y rápida de generar, además se plante como una tecnología confiable y más fácil de manejar.