La actualización de las perspectivas económicas del Banco Mundial, publicada este martes, dejó más preocupaciones que esperanzas: el crecimiento mundial se acerca “peligrosamente” a una recesión este 2023, tres años después de sufrir una de las crisis más devastadoras por la pandemia del covid-19.

El multilateral, con sede en Washington, elevó sus alertas de que una inflación más alta que la prevista, aumentos de las tasas de interés para contenerla, el resurgimiento de la pandemia por nuevas variantes o la intensificación de las tensiones geopolíticas podrían derivar en una nueva recesión dada la frágil situación económica.

“Estoy muy preocupado ante el riesgo de una desaceleración persistente”, señaló David Malpass, presidente del Banco Mundial, durante una conferencia en la que anunció que, según proyecciones de su equipo de economistas, la actividad global crecerá apenas 1.7 % en 2023, casi la mitad del 3 % que se previó hace siete meses y muy lejos del 2.9 % de 2022.

“Se trata del crecimiento más débil desde 1960”, agregó.

Proyecciones para los gigantes.

Para 2023, el crecimiento de las economías avanzadas se desacelerará al 0.5 % en 2023, una tasa cinco veces inferior al 2.5 % experimentado en 2022 y que la experiencia de las últimas dos décadas dicta que es una antesala para una recesión mundial.

Estados Unidos, que es el principal socio comercial y emisor de remesas a El Salvador, experimentará un crecimiento de apenas 0.5 % en 2023, una fuerte reducción de 1.9 puntos del pronóstico anterior del Banco Mundial y su desempeño más deficiente desde 1970.

La zona euro, según el banco, no crecerá y China lo hará un 4.3 %, una tasa que es 0.9 % inferior a los pronósticos anteriores.