Solo un 12 % de los adultos mayores de 65 años tiene una pensión en El Salvador, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El documento, titulado “El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe” y divulgado en junio pasado, refleja en uno de sus capítulos la tasa de cobertura de las pensiones contributivas, otorgadas por ley a personas afiliadas a algún sistema previsional.

Además, se abordan las no contributivas, que son las otorgadas a los adultos vulnerables que no tienen acceso a este tipo de estipendio, hayan o no formado parte del sistema de pensiones.

Generalmente los fondos de las pensiones no contributivas son otorgados por el Estado, mientras que las primeras dependen del aporte económico que el patrono y el trabajador realizan en su vida laboral.

Los datos del BID reflejan solo las pensiones contributivas y generaliza, entre ambos sistemas, que un 88 % de los adultos mayores de 65 años no tiene acceso a ningún tipo de cobertura en El Salvador.

El informe muestra una brecha de género: un 18 % de los hombres adultos mayores tiene una pensión, mientras que solo un 7 % de las mujeres tiene cobertura de este beneficio.

En ese sentido, la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) señala que, hasta abril de 2023, de los más de 3.7 millones de personas afiliadas a las administradoras de fondos de pensiones (AFP), al menos 111,978 eran mayores de 65 años, un 3 % del total.

En la región.

En Centroamérica, Honduras se encuentra por debajo de los niveles registrados en El Salvador. El informe del BID apunta a que solo un 5 % de la población mayor de 65 años de ese país tiene acceso a una pensión.

En Latinoamérica y el Caribe, Bolivia es la nación con la tasa de cobertura más grande, con una porción de 98 % de la población adulta mayor, 22 puntos correspondiente a la contributiva y 76 a la no contributiva.

Países como Uruguay destacan en la lista, ya que el 87 % de su población tiene una pensión de tipo contributiva.

En toda la región, cerca de un 40 % de la población cuenta con una pensión contributiva, una cifra que aumenta hasta el 59 % si se añaden las no contributivas.

En busca de una solución.

El documento del BID destaca que las pensiones no contributivas (que no dependen de una cotización) se han vuelto “populares” como respuesta a “la baja cobertura” del sistema tradicional que se refleja en la región.

Pero este tipo de jubilación podría traer algunos retos, pues no se basa en los aportes que el individuo otorga para su futuro, sino en criterios para ser elegidos.

“Es posible que las pensiones no contributivas sean necesarias para aumentar la cobertura previsional... No obstante, este tipo de beneficios puede comprometer a las finanzas públicas en el mediano y largo plazo”, indicó el informe.

Diferentes encuestas y expertos han explicado que la base para una pensión digna en El Salvador es el acceso a un trabajo de calidad. Sin embargo, no todas las horas laboradas traen consigo una remuneración.

En la región, los hombres trabajan un promedio de 51 horas, pero solo el 75 % de estas son remuneradas, mientras que en las mujeres el tiempo laborado supera las 54 horas y el pago por sus servicios apenas ronda el 35 %.

En toda Latinoamérica existe la necesidad de construir sistemas de pensiones innovadores, sociales, institucionales y tecnológicos, pues para 2055 se prevé que la región haya envejecido debido a que la mayor proporción de la población rondará los 60 años.

El dato

Los mayores de 65 años siguen trabajando en toda Latinoamérica y el Caribe. Algunos retrasan su edad de retiro y otros no pueden jubilarse porque laboraron en la informalidad.

Consejos otorgados por el BID

El BID externó recomendaciones enfocadas en aprovechar el envejecimiento como una oportunidad. Tomando en cuenta que en algunos años la mayor proporción de la población rondará los 60 años.

1.- Oportunidad laboral

El informe señala que para generar una transformación es necesario que los adultos mayores puedan trabajar en el futuro.

2.- Revisar seguros

Se necesita revisar el diseño de seguros de invalidez para evitar que la mano de obra que aún puede laboral salga del mercado.

3.- Mejorar el mercado laboral

Se deben promover los empleos para los adultos, ya sea para que estos mantengan sus puestos o sean contratados.

4.- Aumentar los ahorros

El BID señala que, para abordar el cambio demográfico, se recomienda a los países aumentar los ahorros de retiro.