Tras conquistar Panamá, la cadena salvadoreña La Pampa Argentina se prepara para expandirse al resto de Centroamérica y abrir tres nuevos restaurantes en los próximos meses en El Salvador.

La firma tiene 35 años en el mercado salvadoreño, fundada por José Antonio Tavarone quien abrió el primer restaurante en 1987 en el Paseo General Escalón. Actualmente es la cadena más grande en el mercado grande bajo el concepto de “steak house” (asados o parrilladas) de carnes y mariscos.

“Nuestro plan para los próximos años es cubrir Centroamérica”, señaló Juan Coreas, director comercial de La Pampa. La franquicia salvadoreña primero arribó a Ciudad de Panamá, considerada el centro financiero más importante del istmo, en 2016, donde “nos está yendo muy bien”, aseguró el ejecutivo.

“Cuando llegamos a estos lugares, se guarda nuestro sabor, nuestras recetas, pero también se captura algo del país, eso le gusta mucho a la gente y hemos sido súper aceptados”, sumó.

El siguiente paso es explorar la plaza guatemalteca y hondureña por la similitud de la gastronomía, pero la firma también tiene en el radar abrir tres nuevos restaurantes en su mercado hogar en el próximo año.

La cadena tiene actualmente 14 restaurantes, 13 nacionales y el de Panamá. En cada uno se generan de 30 a 40 empleos, entre cocineros, logística o meseros. “Podemos decir que apoyamos mucho el desarrollo local y nos interesa la generación de empleos también”, señaló Coreas.

Un “steak” con carnes importadas.

La Pampa maneja en sus menús carnes tipo “choice”, cortes de alta calidad que provienen del lomo y las costillas.

Entre sus proveedores hay ganaderos de Nicaragua y también de Estados Unidos, de cortes aprobados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), como el “culotte” o “beef”, que es el más vendido en la cadena de restaurantes.

El Salvador importa sobre todo carnes desde Nicaragua y en segundo lugar figura Estados Unidos.

Coreas confirmó los cortes de ambos mercados se “venden muy bien” en el mercado salvadoreño, pero se diferencia por el sabor ya que las granjas nicaragüenses se caracterizan por ser “grass feed beef”, un término usado para la crianza de ganado en pasto y no con granos, mientras que en las estadounidenses son más de corral y alimento de concentrado.

“El ganado nicaragüense camina para consumir, entonces es un poco menos grasa entre las fibras, el otro está guardadito comiendo y eso genera un poco más de grasa entre las fibras, lo cual da sabores diferentes. Ambas carnes son muy suaves”, aseguró el ejecutivo.

De enero a septiembre, El Salvador importó más de $196.9 millones en carnes, incluyendo de res, pollo, cerdo, conejo y jamones. Según el Banco Central de Reserva (BCR), desde Nicaragua se registraron compras por hasta $121.8 millones y representó el 61.8 %.

De Estados Unidos, en tanto, se importaron $51.6 millones con una participación del 26.2 %. En este caso, la carne de cerdo se trae desde el estado Iowa, en el medio oeste de la primera economía del mundo, y la de res se compra a ganaderos de Texas.

También se compran carnes a Honduras, Costa Rica y Guatemala, así como, pero en menor volumen, a Francia, Italia, España y Bélgica.