Los países productores cotizan su café en el Contrato C, el cual depende de la volatilidad del mercado.
Desde el 2017, los caficultores se enfrentaron a una caída del valor del aromático por distorsiones en la cadena que llevó a algunos caficultores salvadoreños, asfixiados con deudas, a quemar sus fincas para sembrar en su lugar maíz.
En 2021 hubo un alivio cuando el precio del café comenzó a subir e incluso el quintal sobrepasó los $220. El entusiasmo del mercado, sin embargo, no duró mucho y a partir de octubre de 2022 volvieron a caer, tocando un mínimo de $158.15 el 9 de diciembre.
Unos días después, el 12 de diciembre, el precio del quintal de café marcó su primera alza en dos meses y cerró en $167.05. Para el día 15 ya se colocaba en $171.75, una recuperación del 8.5 % en solo una semana.
Recientemente, la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal) advirtió que, según informes de mercado, el café ya llegó a “su límite de caída” en la banda de los $160 el quintal, a partir de la cual “viene una tendencia alcista” para cerrar diciembre entre los $170 y $185.
La especulación marca el ritmo.
El reciente desplome en el precio del café dependió de la volatilidad del mercado, marcada por el fortalecimiento del dólar frente a las monedas de Brasil y Colombia, primero y tercer productor de café a nivel mundial.Una nota de mercado del Consejo Salvadoreño del Café (CSC) explicó que la recuperación del aromático estuvo determinada por el recobro de las posiciones del real brasileño y el peso colombiano, en 0.8 % y 0.4 %, que limitó las compras especulativas.
Influyó también una mejora en la proyección de producción brasileña, pues la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil (Conab) subió de 50.4 a 50.9 millones de sacos (de 60 kilos) su cosecha 2022-2023. “La espera de esta publicación generó especulación en los últimos días” porque se esperaba que recortara sus pronósticos, por tanto, agregó el CSC, no se descarta una corrección bajista en el corto plazo.