Chistes e insinuaciones sexuales, junto con mensajes de contenido erótico, son algunas de las formas más comunes en las cuales las mujeres sufren acoso sexual en los lugares de trabajo. Una encuesta de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa) reveló que el 57 % ha sido víctima de esta situación.

El informe, titulado “Violencia sexual contra las mujeres en el mundo del trabajo”, registró la opinión y experiencias de 1,085 trabajadoras del sector público y privado a nivel nacional. La organización descubrió que, aunque un 34 % de las mujeres dijo no haber sufrido acoso sexual en el trabajo, un 9 % aseguró que tal vez pudo haber pasado por esta situación.

El acoso sexual laboral proviene en su mayoría de los compañeros de trabajo y de los jefes, con una representación del 28.8 % y el 24.5 % del asedio, respectivamente. Pero también pueden ser los clientes o incluso más de una persona la que realiza este tipo de violencia.

Para la coordinadora del Programa de Justicia Laboral y Económica de Ormusa, Carmen Urquilla, esta situación es preocupante, más aún cuando el país ha ratificado el convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en donde se aborda el tema de la violencia y el acoso laboral.

“Es altamente preocupante porque decimos que las mujeres hemos comenzado a incorporar de forma masiva al mercado de trabajo, pero nos estamos incorporando a un mercado laboral hostil y violento”, indicó Urquilla.

La vocera recordó que, junto con la violencia y el acoso sexual, las mujeres deben de lidiar a diario con una falta de equidad salarial, una exposición a un menor nivel educativo y responsabilidades familiares de cuidado.

Acoso fuera de oficina.

Un 8 % de las encuestadas dijo haber sido acosada apenas la semana pasada, mientras que un 7.7 % aseguró que sucedió hace seis meses y un 36.5 % confirmó haber pasado por esta situación, pero en años anteriores.

Pero los acosadores no solo son ofensivos verbalmente o de forma virtual, un 47.4 % de las salvadoreñas dijo que las asedian incluso fuera del trabajo y un 38 % reconoció recibir tocamientos sin consentimiento en público o en privado.

Consecuencias emocionales y psicológicas, así como daños en el proyecto de vida al truncarse su carrera profesional, son parte de cómo el acoso puede impactar en una mujer.

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Pocas denuncian.

A pesar de conocer sobre términos y leyes en protección de las mujeres, las denuncias ante autoridades competentes como el Ministerio de Trabajo, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) o los tribunales especializados para una vida libre de violencia para las mujeres, son poco frecuentes.

Urquilla lamenta que solo el 7.1 % de todas las encuestadas decidió interponer una denuncia, pero reconoció que la falta de confianza sobre el actuar de las autoridades y experiencias de conocidos de las víctimas (donde no se soluciona el problema), forman parte de las situaciones que alejan a las mujeres de proceder legalmente.

A esto se suma que las mujeres de la zona rural desconoce muchas veces a qué instituciones acercarse, los horarios de atención, y dónde se encuentran ubicadas las entidades para interponer una denuncia.

Por el contrario, muchas optan incluso por renunciar. Según la encuesta de Ormusa, la situación llevó a un 22.7 % a dejar sus puestos.

La investigadora explicó que aquellas mujeres que laboran en el sector privado tienden a tomar la decisión de renunciar de forma más inmediata, mientras que las empleadas públicas, por gozar de mayor estabilidad, “toleran más el acoso sexual”.

Urquilla destacó que un 90.4 % de las mujeres considera como prioritario mejorar las normativas contra la violencia sexual, para empujar, al mismo tiempo, una mejora en la respuesta institucional.