Una dieta saludable en Centroamérica y México cuesta en promedio $3.47, un precio restrictivo para cerca de 43.2 millones de personas de la región, advierte un informe publicado este miércoles por cinco agencias de Naciones Unidas.

El Panorama de la inseguridad alimentaria y nutricional de América Latina y el Caribe endureció las advertencias sobre el riesgo de que más personas caigan en el umbral de pobreza y no puedan acceder a los alimentos mínimos para su desarrollo, bajo la sombra de una posible recesión mundial este 2023 y mientras se mantengan las restricciones al comercio de insumos agrícolas.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una de las agencias autoras del informe, explicó que el costo de una dieta saludable se calcula con base al precio de 11 alimentos de menor costo que aporten 2,330 calorías, incluyendo con almidón, de origen animal, vegetales, semillas y aceites.

El reporte plantea que América Latina y el Caribe tienen el costo más alto del mundo para acceder a una dieta saludable, de hasta $3.89 al día, y que incluso es mayor al promedio global, de $3.54. Según la ONU, alrededor de 131.3 millones de personas no pueden asumir este valor.

Ese valor es impulsado sobre todo por la región caribeña, donde comer sano cuesta hasta $4.23 diarios. América del Sur tiene un costo promedio de $3.61, y Mesoamérica (Centroamérica y México) es de $3.47. Aunque este último dato no incluye a El Salvador y Guatemala.

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Perfil de El Salvador.

El documento ofrece datos sobre el impacto de una serie de crisis, como la pandemia y la inflación, en El Salvador con cifras actualizadas a 2021. La FAO plantea que ese año, el 46.5 % de la población salvadoreña sufría inseguridad alimentaria moderada o grave, equivalente a tres millones de personas.

De esos, un 14.7 % estaba en el umbral de inseguridad severa -que tenía que vender algo para conseguir alimentos o no tenía para algún tiempo de comida-, una situación en la que vivían cerca de un millón de salvadoreños.

La prevalencia de la subalimentación, por su lado, se redujo entre el 2019 y 2021 a un 7.7 % desde un 8.3 % que se registró en el trienio anterior.

La tasa de subalimentada afectó al 7.7 % de la población salvadoreña entre 2019 y 2021, mientras que el retraso en el crecimiento de niños menos a cinco años afectó al 11.2 % de este segmento para 2020.