Las ventas de tierras agrícolas para proyectos inmobiliarios han cobrado fuerza en El Salvador en los últimos años, según reportes de tres gremiales agrícolas salvadoreñas.
El presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), Luis Treminio, aseguró que la mayor parte de tierras que se vende se destina a proyectos inmobiliarios, desde bodegas hasta urbanizaciones.
“Para cuestiones turísticas son muy poco porque, inclusive, se puede combinar el turismo rural con las propiedades, pero la gente está vendiendo para urbanizaciones y cosas así, se está lotificando bastante”, indicó Treminio.
El líder empresarial aseguró que el incremento de las ventas de las tierras data de hace tres años, cuando el alto costo de los insumos obligó a muchos productores de granos básicos a tirar la toalla y finalizar con sus labores agrícolas.
A esto se sumó el incremento en el costo de las tierras que se arriendan para cultivar granos básicos, registrado en 2023, que obligó a muchos a no cultivar y, por ende, a los propietarios de las parcelas a tomar decisiones con respecto a sus extensiones.
El aumento de las tierras para diversos fines también fue reportado por la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal). El presidente de la gremial, Sergio Ticas, aseguró que “la misma desesperación” de los productores, relacionadas con los altos costos y las deudas con los bancos, empujó a la comercialización de las fincas.
“Estos últimos cinco años se está dando, hasta la fecha, es obvio, si usted no puede sacar utilidades sobre una finquita que tiene y es potable para hacerla turística”, indicó Ticas.
Zonas de venta
Según Treminio, este año una cooperativa de Sonsonate decidió vender sus tierras, por lo que las zonas que antes cultivaron el maíz o resguardaron ganado, ahora ya son parte de una lotificación.
La gremial de productores agropecuarios dijo que la venta de tierras agrícolas se registra en ciudades como San Juan Opico y Quezaltepeque, zonas que servían para la infiltración del agua y ricas en minerales.
“En el valle de Zapotitán están construyendo, en la zona del distrito de entre Quezaltepeque, el sitio de El Niño, y en otros lugares que también son de vocación agrícola”, añadió el presidente de Campo.
Treminio aseveró que incluso en Santiago de María, una zona cafetalera, estas áreas de cultivo se convirtieron en talleres automotrices.
Campo indicó que también hay casos en donde las tierras que se venden fueron entregadas gratis por el Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria (ISTA), o pagaron una pequeña porción de las mismas, por lo que la venta de las mismas se traduce en una decisión rentable.
Costo de insumos
El presidente de la Asociación de Ganaderos de El Salvador (AGES), Sandor Siliezar, coincide con que muchos ganaderos venderían fácilmente sus tierras debido a la poca rentabilidad que hay.
Siliezar reconoce que el incremento en el costo de la tierra y los insumos ganaderos, la falta de mano de obra y la ausencia de un relevo generacional están empujando la venta de las propiedades.
La AGES recordó que en el país no hay ninguna ley que proteja el uso del suelo para fines agrícolas o ganaderos, que puedan garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo en medio de las olas inmobiliarias que El Salvador registra.
“La mayoría de los cañeros entregan la caña después de la zafra y alquilan o venden para colonias, lotificaciones o para otro tipo de actividades, pero eso es a nivel nacional”, puntualizó Siliezar.
El impacto a mediano plazo se centrará en la reducción de la producción de alimentos, pues se corre el peligro que las fincas que están cerca de carreteras o caminos vecinales sean las próximas a desaparecer.
Treminio añadió que a la situación se sumará un aumento a la dependencia de las importaciones y, advierte, de una escasez de alimentos.
Según el anuario estadístico de 2022-2023, del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), las tierras cultivadas de maíz se redujeron en 56,870 manzanas entre el ciclo 2016-2017 y el 2022-2023.
El MAG reconoce en el documento que el país pasó de contar con 433,603 manzanas para cultivos de maíz, a 376,733 manzanas.
