Todavía estamos lamentando el terrible accidente del martes en la salida del bulevar monseñor Romero hacia los Próceres, en el límite entre Antiguo Cuscatlán y San Salvador. Parecía la escena de una calle de Ucrania después que los tanques rusos pasaron, destrucción total.

Las primeras investigaciones sobre el accidente apuntan a una falla del sistema de frenos de aire del furgón que provocó el accidente en el que se vieron involucrados 33 automotores y que causó dos muertos y decenas de lesionados, algunos muy graves. Nunca habíamos visto un accidente de estas dimensiones en el país.

Es un momento para apuntar precisamente a los factores más frecuentes de los accidentes. Por muchos años se ha apuntado a la falta de revisiones técnicas vehiculares, especialmente cuando los causantes son unidades del transporte público o camiones de carga. Pero en realidad eso debería ser un requisito permanente para todos los automotores del país y es algo que se ha ido retrasando con los años especialmente debido a la oposición de los transportistas.

Toda medida que implique ordenar el transporte de pasajeros y de carga debe ser apoyada. Así como el ordenamiento del enorme parque de motocicletas que ha crecido exponencialmente en el país.

El resto de las causas corresponden a los conductores: distracción al volante, uso de celulares y alta velocidad principalmente. Las reformas de tránsito que fueron aprobadas por la Asamblea pero que aún no han sido ratificadas son un buen comienzo para persuadir al mal conductor de enderezar su camino y evitar violar las normas más elementales y prevenir accidentes que no solo los afectan a ellos sino a terceros. Buen momento para hacer cambios y fortalecer las leyes.