El presidente Nayib Bukele anunció el viernes la sexta etapa del Plan de Control Territorial denominada “Integración”, un programa destinado a resolver los problemas de pobreza y exclusión que sufren importantes sectores del país, precisamente los que han sido más afectados por la violencia e inseguridad de las pandillas.

Integrar significa -según la Real Academia Española- “Constituir un todo. Completar un todo con las partes que faltaban”. Y el mandatario ha dejado claro que necesita de todos los sectores de la sociedad para poder combatir la pobreza, haciendo un inédito llamado a empresarios, la academia y los cooperantes internacionales para colaborar.

Esta etapa puede resultar tan importante como las anteriores. Y es que de nada sirve acabar con las pandillas sino se combaten las causas de su existencia y muchas de esas causas están derivadas de las condiciones económicas de dónde provienen. Pero además, la pobreza es una afrenta en pleno siglo XXI.

La sociedad ideal es aquella donde todos tengan las condiciones socioeconómicas para sobrevivir y en un estado de bienestar donde el gobierno pueda brindar salud y educación de calidad, así como otros servicios básicos. Eso no solo permite que la población prospere, sino que también evita la migración y la delincuencia.

Para todo eso, por supuesto, es necesario además la empresa privada y un clima de negocios donde se pueda atraer inversiones, en un clima de seguridad jurídica y certidumbre. Toma tiempo todo esto, pero eso es el camino correcto.