La construcción del Aeropuerto del Pacífico marca un hito en el desarrollo de infraestructura en El Salvador, especialmente en la zona oriental del país. Este proyecto ambicioso, con una inversión de $386 millones, promete dinamizar la economía, generar empleos y mejorar la conectividad aérea.

Desde una perspectiva económica, el aeropuerto se presenta como una apuesta estratégica para descentralizar el desarrollo y atraer inversión extranjera. Con una proyección de cinco millones de pasajeros anuales en su fase final, la terminal podría convertirse en un motor de crecimiento para la región oriental, impulsando sectores como el turismo y el comercio. Además, la proyección de empleos directos e indirectos en una década es una cifra alentadora para una zona históricamente marginada en términos de oportunidades laborales.

No obstante, la magnitud del proyecto exige un análisis más profundo. En primer lugar, la demanda real de tráfico aéreo en la región oriental de El Salvador es un factor determinante para el éxito del aeropuerto. Aunque la confirmación de vuelos de Avianca desde su apertura es una señal positiva, el gobierno debe garantizar que haya suficiente flujo de pasajeros y aerolíneas interesadas en operar en la terminal para evitar que se convierta en una infraestructura subutilizada.

La apuesta de inversión en el oriente del país es sumamente positiva e inédita. Las cifras gubernamentales hablan de una inversión histórica en la zona oriental de El Salvador de $1,424.8 millones, incluyendo el Puerto de La Unión, el Periférico Gerardo Barrios, el Aeropuerto del Pacífico, la carretera Punta Mango, Usulután - San Miguel y otras obras en San Miguel y Morazán.

El Aeropuerto del Pacífico tiene el potencial de transformar el oriente del país, pero su éxito dependerá de una planificación estratégica, transparencia en su ejecución y una integración efectiva con otras iniciativas de desarrollo regional. El desafío ahora es garantizar que esta inversión realmente beneficie a la población salvadoreña.