García Luna es acusado de participar en una organización criminal relacionada con el narcotráfico y tener vínculos con el Cártel de Sinaloa, de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.. Además, el gobierno de México detectó además que García Luna había lavado unos $600 millones de origen ilícito. El jurado estadounidense lo declaró culpable por los delitos de falsedad de declaraciones, tráfico de cocaína hacia Estados Unidos y participación continua en una organización criminal.
Todo empezó luego que se detectara que un lote de armas introducido en México como parte de un operativo de inteligencia estadounidense, terminó en manos del Cártel de Sinaloa e incluso causó la muerte de un agente de la policía fronteriza estadounidense. García Luna habría tratado de ocultar la ayuda prestada a traficantes de droga. Según las investigaciones estadounidenses, a cambio de sobornos, el cártel de Sinaloa obtuvo pasajes seguros para sus envíos de droga, así como información legal sensible sobre las investigaciones abiertas contra el cártel y grupos rivales.
Tristemente, el caso García Luna no es único y en algunos países centroamericanos empiezan a aflorar personajes como el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández y varios personajes de la vida política de Honduras y Guatemala, involucrados en este tipo de crímenes, algo que debe combatirse con fuerza.