Ha iniciado el nuevo año y pasadas las fiestas, hay que enfrentar la realidad, enfocar las energías para enfrentar las dificultades y desafíos que toquen.

Después de una temporada alta de consumo, en fiestas y regalos, ahora hay que enfrentar nuevos gastos entre otros lo relacionados con el colegio de los niños y el pago de las tarjetas.

Para empezar con buen pie hay que contar con un horizonte de planeamiento de largo plazo: con los objetivos, estrategias, prioridades y recursos necesarios para lograr las condiciones de desarrollo integral del país.

La experiencia enseña que querer sacar adelante al país desde intereses particulares, no es posible. La confrontación política ARENA-FMLN le hizo mucho daño al país y nos metió a una vorágine de bloqueos permanentes por más de 25 años. Ahora hay que enfocarse en enfrentar los grandes desafíos que plantea la reducción de la pobreza, la eliminación de la exclusión y de las grandes desigualdades económicas existentes.

Sin duda ha habido avances, pero necesitamos acelerar el paso si queremos ver una nación más próspera, más desarrollada, superar el lastre histórico del bajo crecimiento y la poca inversión extranjera que hemos atraído, para ello es necesario mayor certidumbre, seguridad jurídica y por supuesto, seguir mejorando la seguridad pública.

Los salvadoreños aspiramos a mayor seguridad y paz social, más democracia y libertades, mejor sistema de salud, bienestar económico, mejor educación para nuestros hijos y justicia social y que a toda persona se le respete el derecho a la vida, a la integridad física y moral.