Las autoridades de Seguridad Pública incautaron esta semana un lote de microbuses que operaban dentro de la una cooperativa de Transporte en Apopa, y capturó a dos sujetos por ser los presuntos testaferros de los negocios de la pandilla 18.

La incautación nos refleja cómo el crimen organizado disfraza sus negocios, fruto de sus actos ilícitos como extorsiones, robos o tráfico de drogas, para seguirse lucrando y financiando sus fechorías. Por eso es sumamente importante que se siga el dinero de las pandillas y de todo grupo de crimen organizado que con negocios de fachada, lavan dinero para seguir operando en sus negocios sucios mientras afectana la población.

Por cierto, el gabinete de Seguridad entregó ayer la Policía Nacional Civil más de 100 vehículos que fueron incautados a las pandillas. Lo interesante es que los vehículos están valorados en más de $1 millón, una muestra de la capacidad económica de estas bandas. Precisamente, durante el régimen de excepción se le han incautado a las pandillas unos 1,734 vehículos.

Seguramente hay otros negocios, bienes inmuebles y hasta cuentas bancarias que las pandillas deben tener disfrazadas con testaferros, es vital que se sigan investigando y golpeando para que sus operaciones criminales no puedan continuar.

Luego se puede crear hasta un fondo -de las mismas incautaciones- no solo para financiar a la PNC o Fiscalía sino también para aliviar el daño económico que tantos ciudadanos han padecido por la inmensa cantidad de crímenes cometidos en su contra.