Javier Milei, un excéntrico economista de 53 años con un programa ultraliberal que busca combatir la severa crisis económica y la corrupción endémica de Argentina, fue electo el domingo como próximo presidente del país sudamericano.

Milei busca corregir el rumbo de su país, gobernado desde 2003 por el peronismo de la actual vicepresidenta y dos veces mandataria Cristina Kirchner y de su fallecido esposo Néstor, salvo por el periodo de Mauricio Macri (2015-19).

Los desafíos de Milei serán enormes: bajar la inflación, equilibrar las cuentas públicas, eliminar el control de cambio y recortar el gasto público. Además ha anunciado la eliminación de varios ministerios de Estado, la dolarización y el combate frontal contra la corrupción. También ha prometido un agresivo programa de privatizaciones en el que “todo lo que pueda estar en las manos del sector privado va a estar en manos del sector privado”. Poniendo especialmente en la mira a la petrolera YPF y los medios de comunicación estatales.

Milei propone metas más duras que las del Fondo Monetario Internacional, organismo con el cual Argentina mantiene un acuerdo por 44.000 millones de dólares desde 2018.Argentina enfrenta una elevada inflación, de más de 140% anual, que según Milei demandará “entre 18 y 24 meses para destruirla y llevarla a los niveles más bajos internacionales”.

Las primeras reacciones de los mercados internacionales han sido positivas. Las empresas argentinas cotizadas en la Bolsa de Nueva York (NYSE), con la petrolera YPF a la cabeza, subían con fuerza este lunes tras la victoria de Milei. No todo será fácil, necesita hacer alianzas parlamentarias y convencer al empresariado de apoyarlo. Esperemos que la medicina sea buena para Argentina y arregle los males crónicos causados por el peronismo.