Una de las principales gremiales de maestros del país expresaba el lunes su preocupación porque consideran que cerca del 50 por ciento de los estudiantes del sector público necesitan refuerzo académico precisamente porque este año reportan un rendimiento académico deficiente.

El tema de la calidad educativa es una preocupación recurrente para todos los salvadoreños. Todo padre de familia quiere que sus hijos tengan acceso a una buena educación, a una buena formación académica para convertirse en personas productivas y personas de bien, buenos ciudadanos.

Pero tenemos un rezago educativo enorme, de décadas. A esto ha contribuido el conflicto, la falta la falta de una reforma educativa constante, el descuido de muchos gobiernos y escasa planificación y visión de futuro. Y luego vino la pandemia que con las clases en línea sumó deficiencias.

Nuestos niños y jóvenes necesitan que se los forme con los conocimientos esenciales para su futuro y además, los adapte a la modernidad tecnológica del mundo de hoy, así como al idioma inglés.

No se debe promover automáticamente y de forma masiva a los estudiantes. No se les puede engañar ni a ellos ni a sus padres con pasar de grado sin los conocimientos necesarios. Hay que admitir que tienen deficiencias y que esas solo se trasladan al año superior o lo que es peor, a los fracasos en las universidades.

El país entero necesita un compromiso profundo para mejorar su calidad educativa porque esa es la garantía de su progreso y prosperidad económica.