Tanto en Estados Unidos como en Europa el uso de mascarillas es mínimo. Apenas se ve gente usándolas y la vida está casi similar a como era antes del primer semestre del 2020. Según el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, jamás se ha estado en una mejor posición para poner fin a la pandemia y, de hecho, “ya se puede ver la luz al final del túnel”.
En El Salvador se eliminó el requisito de vacuna o prueba hace ya meses y el uso de mascarillas es cada vez menor aunque el convencionalismo social sigue exigiéndola. Septiembre ha sido un mes particularmente bueno para la salud de los salvadoreños ya que ha habido mucho menos fallecidos.
Lo cierto es que la vida es cada vez más normal en gran parte del mundo y en El Salvador también. La pandemia ha dejado mucho dolor, mucho sufrimiento, muchas pérdidas económicas y traumas sociales, pero también nos dio grandes lecciones sobre el confinamiento, la convivencia humana, la solidaridad, valorar el empleo, el sano esparcimiento, las necesidades básicas como poder salir a la calle libremente o reunirse con los amigos. Nos enseñó también a tener un comportamiento más responsable hacia los demás. El temor de una futura pandemia estará siempre presente, pero está en nosotros sobrevivir a esas pruebas.