Lestadounidenses van hoy a las urnas para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, así como para elegir a 36 de los 50 estados de la Unión Americana.

La elección es vista por muchos analistas como un referéndum sobre la cuestionada gestión del presidente demócrata Joe Biden y como una prueba de fuego para el expresidente Donald Trump, el archirrival de Biden, que anunciará en los próximos días que buscará un nuevo periodo en las elecciones del 2024.

Estados Unidos es de las democracias más sólidas del mundo y tiene una institucionalidad sólida, admirable, ejemplar. Esa institucionalidad detuvo las locuras de Trump durante su mandato y cuando perdió las elecciones. Trump, por cierto, ha vuelto a las andadas y ahora esparce rumores sobre el resultado de las eleciones. Pero sin duda, la institucionalidad norteamericana sabrá actuar en cualquier situación que amenace la ley, el orden y la democracia.

Los estadounidenses deben elegir los 435 escaños de la Cámara de Representantes y los republicanos son favoritos para controlarla. En el Senado, que tiene 100 puestos con mandatos de seis años, se renovarán 35 escaños. Ahí parece que los demócratas mantendrán su mayoría.

Hay mucho en juego, temas como las relaciones exteriores, la guerra en Ucrania, el aborto, la extracción de petróleo, el servicio de atención médica y muchos otros temas más. Habrá que ver qué rumbo deciden tomar los estadounidenses y cómo podrá afectarnos los cambios que sucedan especialmente en el Congreso y el Senado.