Es impresionante cómo el gremio de transportistas empieza a quejarse de las multas recientemente aprobadas por la Asamblea Legislativa y pronostican que habrá “escasez” de motoristas “que no querrán estar sometidos a “estrés”.

Impresionante que con tantos años de irresponsabilidad, desidia e impunidad, los transportistas sigan defendiendo a los motoristas que contratan y que en gran porcentaje no cumplen las más mínimas normas de tránsito e incluso no portan los documentos en regla o conducen ebrios y drogados.

En lugar de preocuparse por esa escasez de malos elementos, los transportistas deberían preocuparse por mejorar los filtros de la gente que contratan, buscar el mínimo de decencia y profesionalismo para que los motoristas conduzcan con responsabilidad y lleven con seguridad a los pasajeros, que son seres humanos que merecen consideración.

Además, los transportistas son un sector cargado de privilegios históricos que no retribuyen a la sociedad, cientos de millones de dólares pagados en subsidios durante décadas y muchos no tienen ni la delicadeza de mejorar sus unidades o contratar motoristas como Dios manda.

Sin duda las multas golpearán el bolsillo de los infractores, pero los transportistas ni sus empleados deben estar por encima de la ley, por el contrario, se les debe exigir tanto como a cualquier conductor por su responsabilidad de trasladar personas, solo así se puede mejorar este servicio. Esperemos que las reuniones que buscan con los funcionarios no sean para seguir pidiendo concesiones que no merecen.