En las últimas semanas se produjeron varias detenciones de adolescentes que "rifaban" (hacían) señales que los identificaban como miembros de alguna de las pandillas que tanto daño causaron al país en las últimas décadas.

Tras las imágenes vitalizadas, menores de entre 12 y 15 años fueron detenidos y las autoridades anunciaron que serían acusados de agrupaciones ilícitas y podrían recibir condenas de hasta 20 años de cárcel. El hecho fue denunciado por otros jóvenes y de acuerdo con la Policía Nacional Civil se descubrió que tenían un grupo en redes sociales al que llamaban "grupo cheros" donde presumían su pertenencia a la MS13 y trataban de reclutar a otros adolescentes para que ingresaran la pandilla.

El miércoles se conoció que en siete de los diez casos, los adolescentes fueron liberados por falta de pruebas de pertenencia a pandillas y porque además, había un compromiso de los padres que aseguraban que sus hijos no tenían relación con esas bandas criminales.

Tristemente se trata de un caso aleccionador. Ser pandillero o fingirlo ser no es ningún juego de cipotes. No trae ninguna gracia idealizar a esas bandas criminales y nuestros adolescentes necesitan ser reprendidos por padres de familia y maestros sobre esta actuación.

Es importante orientar a los hijos en ese sentido, especialmente niños y adolescentes, sobre lo que han significado las pandillas para el país, el profundo daño que han causado a la gente, los asesinatos, las extorsiones, la violencia, el acoso, el tráfico de drogas, las violaciones sexuales y centenares de crímenes más. Esta orientación se debe hacer primordialmente en los hogares y reforzarse en las escuelas donde los maestros y estudiantes han sufrido por décadas el acoso de las pandillas.

Pero además hay que recordarles cómo los miles de pandilleros que tanto daño causaron a la ciudadanía han terminado muertos o encarcelados y condenados a duras y largas penas d de cárcel. Esos sujetos son un pésimo modelo para cualquier niño o joven y no se puede consentir imitación alguna por muy inocente que parezca.

Ciertamente puede ser una "travesura" o una "tontería" este caso, pero lo importante es comprender que la criminalidad de las pandillas no puede ni debe ser una opción de vida para ningún joven salvadoreño en el futuro.