La invasión rusa en Ucrania encendió la hoguera de las tensiones mundiales y a casi cuatro meses de que Vladimir Putin lanzó a sus soldados contra los ucranianos, el mundo empieza a ver focos de conflicto en diferentes partes del mundo.

China ha empezado a amenazar con una guerra a Taiwán, una de las democracias más sólidas del sudeste asiático, lo que podría crear un nuevo polvorín en esa parte del mundo ya que Estados Unidos y Japón han advertido que defenderán a la pequeña isla del gigante chino.

Además, hay otro foco de tensión en el sudeste asiático. El dictador norcoreano, Kim Jung-un está hablando de ensayos nucleares que han recibido la advertencia de Estados Unidos que “responderán rápidamente” si se concretan.

Para colmo, el dictador nicaragüense Daniel Ortega ha anunciado que permitirá soldados rusos en su territorio, generando preocupación sobre una reacción estadounidense y un desequilibrio militar en la región. Pareciera que Ortega se ha inventado su propia guerra fría y quiere retomar el horrible concepto de convertir a Centroamérica en un polígono de las superpotencias.

Los temores de un conflicto generalizado a nivel mundial prevalecen y sus consecuencias e implicaciones socioeconómicas generan profundos temores en la economía mundial ya de por sí afectadas por una elevada inflación, crisis en la cadena de suministros y escasez de materias primas.

Son situaciones difíciles que el mundo puede llegar a enfrentar y que irremediablemente trae consecuencias a cada rincón del planeta, incluyendo El Salvador. Hay que prepararse.