La situación de la región pasa por sus peores momentos. Nuestro vecindario parece encaminado a una tendencia en la que pareciera que los gobiernos están siguiendo un camino que toca fondo y la democracia y las libertades se hunden cada vez más.

La dictadura de Daniel Ortega llegó al extremo la semana pasada de cancelar la Cruz Roja, la institución humanitaria más respetada del mundo, famosa por su imparcialidad y su independencia en todos los conflictos mundiales. ¿La razón? El régimen de Managua les cobra que durante las protestas antigubernamentales de 2018, la Cruz Roja usó sus ambulancias para trasladar a personas heridas por disparos de paramilitares y policías orteguistas. Ortega no solo canceló la entidad sino que le ha confiscado -robado- sus bienes y creado una entidad con el mismo nombre, bajo administración gubernamental.

En Honduras, la presidenta Xiomara Castro ha anunciado “una investigación” por una manifestación pacífica realizada en Choluteca y que reclamaba por una reforma tributaria que está impulsando y que ha generado reclamos del sector empresarial y laboral. Parece que quiere reprimir las protestas como su vecino Ortega.

Y en Guatemala, el diario El Periódico anunció el cierre de operaciones desde hoy en medio de un proceso judicial contra su director, José Rubén Zamora, en un juicio con dedicatoria que ha encarcelado además a todos sus abogados, dejándolo en indefensión.

Así está la región. Para preocuparse profundamente de su futuro.